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PROPIAS DE I,A PREDICACIÓN. 6~ <le razones .y autoridades sea lo que ilustre, conmueva y g·ane el auditorio. 101. Pero protestamos aquí, una y mil veces, que en nada ele esto entendemos transigir con aquella miserable condescendencia que relaja el vigor apostólico, esconde la venlad, ó procura disminuirla. Nada de esto. Pero, por <lesgracia, es demasiado cierto que mucha gente mmHlana no puede avenirse sino con aquella clase de predicaeirm <¡ue, sin levantar remordimientos, los deje tranquilos en sus caminos de perdición. Lo sabemos perfectamente; y un ver– <ladero ministro de Dios jamás podrá avenirse con tales pretensiones, jamás querrá cooperar á tal estrago de cos– tmnbres. "Digamos, pues, dice un notable escritor, que la moderación que las personas del mundo exigen del predica– dor, no suele ser más que un culpable miramiento con la relajación de sus costumbres, con el extravío de sus prin– cipios, con los vicios de su vida, y con el sueño de su con– ciencia, que teme y se espanta de ser ilustrada. Sería in– digno ele un ministro de Dios, que debe anunciar su divina palabra, ceder ante semejantes consideraciones." 102. Asunto tan importante mereee toda nuestra aten– ción, y en su desempeño atendamos siempre á estas tres re– glas que da Hamón: l." Regla. Que al ocuparse de las Postrimerías debe mezclarse con gran tino lo terrible y lo consolador; lo que consuela y atrae, con lo que espanta y horroriza. 2." Que el predicador debe en este género de asun– tos alentar, después de haber conmovido; señalar el camino del cielo, después de haber pintado la senda que conduce á una eterna condenación. 3." Mostrar á Dios, no siempre Juez, sino como Pa– dre afectuoso ; no siempre ejerciendo actos de justicia, sino dando pruebas inequívocas de su misericordia y de stl amor hacia los hombres. 103. Y como última é importante regla, que nunca he– mos de olvidar, tengamos ésta de San Francisco Javier: "Infundid en los ánimos, dice el Santo, un saludable ho– rror, dando á conocer la terrible sentencia... pintad de una manera viva. los horrorosos tormentos del infierno ... ame-