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PROPIAS DE LA. PREDICACIÓN. 63 la criatura que lo recibe. Pueden desarrollarse bajo estas ~:inamstancias: Quis; Quid; Ubi; Quibus auxiliis; Cur; Quomodo ; Quando. Tratando con estos métodos to1los loR beneficios de 1 lios, como la Providencia, la Encarnación, ht Re1lención, la Gracia, los Sacramentos, etc., el predicador ~aeará Riem– pre instrucciones muy útiles y provechosas. 84. 3. 0 Misterios. Aquí se entienden no solament1~ l:ts acciones de Nuestro Señor Jesucristo que se relacionan de un modo inmediato con nuestra salvación, sino también las maravillas obradas por Dios en su Santísima Madre. O! vi– llar los misterios equivaldría nada menos que á menospre– dar las riquezas más estimables de la fe cristiana. Véase la Lección XVI, en donde se tratan de un modo conveniente. 85. 4. 0 Virtudes teologales. Entran éstas en la catego– ría de las verdades fundamentales de la Religión. La Fe, la Esperanza, la Caridad, elevan el alma á Dios, la llenan de inefable consuelo, sirven de regla para nuestra conducta, son el móvil de nuestras opemciones sobrenaturales, y la base de la vida espiritual. El omdor sagrario rlebe excitar en las almas tales sentimientos, y como á enseiiamm nece– saria para la salvación instruirles bien en estas nobles vir– tudes teologales. 86. 5. 0 Mandamientos de Dios y de la Iglesia, com_o preceptos rigurosos, como órdenes intimadas desde antiquí– simos tiempos á la humanidad, mandamientos basados en la ley natural, y ennoblecidos, sancionados por el Santo Evan– gelio del Hijo de Dios, nuestro amable Redentor. Nunca deben cansarse los sacerdotes, sobre todo párrocos y misio– neros, de explicarloR con sencillez á tolla clase de personas, pues que á todos obliga su cumplimiento, y sobre el parti– cular hay muchísima ignorancia, causa de muchos pecados. 87. 6. 0 Sacramentos. Son las fuentes de vida, son los manantiales inagotables de la gracia santificante, á donde acuden con imponderable gozo las almas redimidas, según ya Isaías lo había predicho : Hmt?·ietis aqttas in y audio de fontibus Salvatoris. (Ts. xn). Por consiguiente, esta materia tan necesaria á la predi– cación, debe el sacerdote exponerla debidamente, porque sin

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