BCCCAP00000000000000000000265

CONCLUSIÓN. 265 mientras que unos hinchan de gente los templos de las gran– des ciudades, y en su elocuencia y sabiduría satisfacen el corazón y la inteligencia de la gente ilustrada y de saber, <>tros en los pueblos y aldeas con un estilo sencillo y de fácil comprensión instruyen á los pueblos, y hasta les explican y enseñan los rudimentos de la Doctrina cristiana. «Éstos for– man en todos tiempos, dice muy acertadamente el Sr. Bravo y Tudela, éstos forman el mayor número, y son también los que por regla general producen con su palabra mayores frutos, porque Dios no tiene reservado á los talentos supe– riores el éxito de un discurso. Así como es Jesucristo r¡uien bautiza, también es Jesucristo quien predica; y cuando ha– lla en el ministro, que es órgano suyo, rectitud de intención , piedad y celo, convierte con la sola unción, y da á la senci– llez la misma fueF ..m que á la ciencia y á las brillantes dote~ de un talento deslumbrador. Dios suple con su gracia lo que falta al discurso del ·sacerdote. Cuando se logra convertir, hay siempre bastante talento: una vez obtenido el objeto y el fin de la predicación, ¿qué importa no predicar mejor ? La vanidad se lastima pronto; el que confía en JEs¡;cursTo, aquel, aquel será con menos talento el mr:for p1·edicador. ,. Hasta aquí el ilustrado escritor. 639. Ahora vosotros, mis caros hermanos, empezais vuestra carrera de la predicación, vais á entregaros al ejer– cicio de las santas Misiones, y vosotros encontraréis en vuestro santo ministerio muchas dificult.ades, muchos con– tratiempos y penalidades, pero también muchas bendicione~ del cielo. Vuestro amor á la salvaeión de las almas que tanto costaron á Jesucristo, os animará y os dará valor, no sola– mente para dar Misiones en las regiones tropicales de ht América en donde os encontrais al presente, sino en eual– quier parte del mundo á donde la santa obediencia se sir– viese destinaros. 640. Prácticamente encontraréis, durante el decurso de vuestra viila, cuanto en este Compendio se advierte. Repa– sad frecuentemente sus Reglas, y no os olvideis delante de Dios de aquel que tampoco os olvüla, y que os desea qut> seais buenos misioneros para poder salvar muchas almas y conducirlas al cielo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz