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1 1 GESTO Ó LENGUAJE DE ACCIÓN. 237 corrije Jos defecto~ de la naturaleza; y todos los preceptis– tas convienen en que con arte y diligencia el orador puede perfeccionar su viciosa pronunciación, extirpar los defectos y malos hábitos, y adquirirla buena, de tal manera que lle– gue día en que pueda accionar debillamente en el púlpito. Toda esta regla se reduce á que mientas procuramos con el arte corregir Jos defectos, tengamos presente la máxima de San Ambrosio: .iJiotmn natura i1¡[onnet. 566. Regla 2." La acción lta do sm· edificante. Siem– pre se ha considerado que el ejemplo, el porte exterior tie– ne una fuerza incomparable. Si ven que el predicador apoya la verdad que predica en un exterior santo, modesto y gra– ve, indicio de su santidad interior, los pueblos no pueden menos de conmoverse, prepararse para las impresiones de la gracia, y respetar con veneración al enviado de Dios. Nuestro Padre San Francisco convertía con sólo dejarse ver á los pueblos; tal era la fama de su santidad. Muchos santos predicallores con sólo dejarse ver en el púlpito ya conmovían y convertían las almas, ¡me~ la modestia de sus ojos, aquel aire recogido, aquel exterior mortificado, aquel fervor evangélico, aquella caridad con el prójimo, aquella santidad de vida, todo predisponía en su favor, cautivaba los corazones. Cuanclo JI.Iassillón aparecía eu el púlpito, su aire recogido y penetrado, harto daba á entender la gran– deza é importancia de las verdades que á anunciar iba al au- . ditorio. De él ha dicho el r. Jannart: "~o había aún abier– to sus labios, y ya el oyente estaba sorprendido; comenzaba al fin, y parecía no poder contener dentro de sí las verda– des de que estaba lleno. Hubiérase dicho que nu fuego inte– rior le devoraba, y que era una necesidad para su alma ma– nifestarlo exteriormente. 'fodo en él hablaba entonces, todo persuadía, todo llevaba al auditorio la convicción y el senti– miento. Decía las cosas con fuerza y energía, porque las sentía del mismo modo, haciendo consistir todo el mérito <le la acción eu aparecer plenamente persuadido de las verda– des de que quería convencer á los demás." 567. Regla. 3.• ])cl;e evitat·se todo aSl)IJCto amanerado. Los autores notan sobre el particular .varios llefectos. Pre– tender llevar el sobrepelliz con estudiado esmero; tomar el

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