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VOZ Ó LENGUAJE ORAL. 233 553. 2.• Después de la predicación se debe reposar y evitar absorber el aire frio, sobre todo de la noche, y no sa– lir de la iglesia hasta que el cuerpo se ha resfriado bien y se ha secado el sudor. 554. 3. • Para conservar la voz los múclico~ ;tconsejan un régimen alimenticio saliulable y fortificante, "vitando los alimentos picantes y licores fuertes que podrían thimr la garganta; igualmente prescriben acosüwse tcmpmno, pa– seos moderados, y observar las estrechas ·;·~.·glas rlt la íl/0- ralirlad, que tanto vigorizan todo el ser del hombre. 555. 4. • Es cosa probada y de grande efecto bañarse la cabeza y cuello con agua fria por las madrugadas, me– dia hora después de haberse levantado de la cama, excepto si uno está ya con el resfriado. Se pone una voz muy limpia y sonora. Cosa tan necesaria, sobre todo en tien¡po de Mi– siones. 556. 5." En el púlpito es menester colocarse bien deba– jo el tornavoz, y dirigir la voz á la columna ó pared de en– frente para que repercuta sobre el auditorio, evitando diri– gir la voz al fondo de alguna capilla, porque queda absor– bid<t y se pierde; en fin, hay que buscar el motlo que salg<t bien hasta que se encuentre. 557. 6." Hay que evitar en el púlpito las corrientes del aire; y si se ha de predicer á campo raso hay que ponerse de espaldas contra el viento, y así se conserva la voz, que en alas del viento es llevada á las mucheunmbres apiñadas. Como lo hacía aquel célebre misionero de la Orden de nues– tro Paure San Francisco, que al púlpito en el cual predi– caba en los campos le había puesto una veleta, y según el movimiento de ésta giraba también la multitud, que seguía la dirección del misionero; y así ni este perdía su voz, ni el inmenso auditorio sus palabras.
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