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230' LECCIÓN XXXVIII. 541. Regla 6." LENTITUD NECESARIA. Singularmente los jóvenes deben atender mucho á este requisito. Todo impele al joven orador á que precipite su discurso : su lozana edad," el ímpetu de las pasiones, el fuego de la imaginación, la viveza de sentimientos, las ideas tan frescas que conserva de sus estudios, los ejercicios del aula, los deseos de prac– ticar con fervor su sagrado ministerio, el afan de cortar los" vicios, de estimular á todo el mundo á las virtudes, áun su misma inexperiencia. l\ias todo quiere su modo; y los jóve– nes si no van con cuidado desde un principio podrían adqui– rir malos hábitos, de los cuales no pocas veces tendrían que arrepentirse. "Ordinariamente, clice el Sr. Sánchez, se les oye hablar desde la cátedra del Espíritn Sa11to con una pre– cipitación que asombra, hija de la fogosidad de su genio, y de la falta de la serenidad y calma que requiere ejercicio tan delicado, lo cual confunde la articnlación y el sentido de lo que se habla. Por lo que es preciso emplear gramle cui– dado en moderar la ligereza en el hablar." Cuando no hay precipitación se pronuncia mejor, tiene más dignidall el discurso, el orador no se fatiga, el auditorio recibe y retiene mejor la palabra de Dios, se van desarrollando mejor los asuntos; pero sobre todo es en la improvisación que se nota esta ventaja, pues saben escogerse mejor las ideas que con– vienen, pari\ ilesechar las que no son tan oportunas. l\ias esto requiere calma, tlomiuio de ~í mismo, á todo lo cual se opone la precipitación; la cual, según Maury, es un vicio de los más difíciles de remediar una vez contraído. 542. Regla 7." PROPIEDAD DE LA PRONUNCIACIÓN. A Ca– da valabra conviene darle su propio sonido. Las reglas de acentuación deben saberse perfectamente, pues ella modi– fiea en gran manera las voces de un idioma. El acento pro– vincial que In. naturalez;t y costumbres dan á los naturales <le distintas provincia~ de un reino no influyen menos sobre la pronunciación. Estos acentos son más ó menos viciosos, y hay que atender al modo de hablar de las personas cultas. 543. Regla 8." ~ArurtALII>AD. Esta es la Regla cnb·e las reglas. Es menester hablar al auditorio con la voz natural, aunque más esforzada, porque hablamos á muchos, y deben oírnos. Debe conservarse la voz propia, no inten:..

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