BCCCAP00000000000000000000265
228 LECCIÓN XXXVill. las que merecen de un modo particular llllestra atención, • da al discurso una harmonía tan llena de gracia y energía que no puede menos que cautivar los corazones de los oyen– tes. Sirven para ello el rfnJasis, que con sonido más fuerte acentím nna palabra ó frase , sobre la cual queremos llamar la atención para darle más importancia. Las pausas enfá– ticas, las cuales usamos cuando, después de haber dicho al– guna cosa impOt-tante, nos paramos á fin de llamar la aten– ción, 6 bien nos paramos antes de decirla. Las pausas pa1·a la distinción ile sentido, que indican las divisiones de éste, y dan lug·ar al orador para que respire y cobre aliento. Sa– ber, pues, arreglar esas pausas según el sentido de la ora– ción, saber recargar los /ufasis en las síbbas, las frases y las sentencias que justamente lo requieren, es lo que da la belleza ltl discurso, y constituye su natural duración ó can– tidad prosódica. 538. Regla 4 ." INTENSIDAD DE LA. voz. Cuando nos ha– blan nos gusta oir lo qne nos dicen ; Juego, pues, el predi– cador ha de poner su voz al alcance de todos los oyentes. ¿Cómo Jo logrará? Según el tono y manejo de su voz. Ya hemos visto lo qne es el tono de ht voz; no lo confundamos con su 'intensidad. Esta es el cuerpo ó fuerza de la voz, el tono es la clave que la hace subir ú bajar. Los tonos son tres: alto, mediano y bn.jo. Empleamos el alto para llamar á una persona que esti1 distante ; bajo cuamlo le hablamos al oído; y 111Nlian0 cuando conversamos con otros. Para hacernos entender bien no hay necesidad de tomar el tono más alto hasta desgRüitarse. Nada de esto. Sin cambiar la llave, esto es, sin salir de la entonación dada, sin subir ni bajar la voz, no hay que hacer otra cosa sino llenar más la voz dándole más fuerza y plenitud de sonido; con esto se hace más intensa sin cambiar el tono. Este natural esfuerzo de voz es muy fácil, sobre todo á los de voz corpulenta. 539. Si no se tienen en cuenta estas distinciones, resultan grandes fatigas y dificultades en el ejercicio de la predica– ción. Un tono muy alto es difícil sostenerlo, llegan á faltar las fuerzas y á perderse la voz; las cláusulas salen entre– cortadas, y no pueden redondearse ó completarse Jos perío– dQs convenientemente .por no poderles dar -·el desarrollo ne~
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz