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18 ¡,¡.;¡:c :IÚN 1!.--···HIJS MllDIOS: dice el Santo: «Siempre he venemuu la ~anta sencillez; pero el que quiera imitar en la preuicaciílll el lenguaje sencillo de los Apóstoles, que comience por imitar su vida y por ha– cer milagros como los hacían aquellos varones, en quienes la santidad cubría la sencillez, y los cmtle~ deshacían los sofismas resucitando muertos. " Y Dios hacía estos milagros para que la conversión del mundo no se atribuyese á la sa– biduría humana, tapando con esto la boca á tocios los in– crédulos presentes y futuros, según San Crisóstomo. 16. Vemos cómo los Santos Padres ejercitaron este pro– vechosísimo arte para bien de las almas, y cualquiera que se fije singularmente en las obras de San Gregorio Naciance– no, San Basilio y San Juan Damasceno, entre los griegos, y San Cipriano, San Agustín, San Jerónimo, entre los la– tinos, verá que estos y muchos otros Santos Padres y Doc, tores de la Iglesia no se desdeñaron de emplear el arte retórico hasta formar aquella elocuencia poderosa que ava– salla los corazones. Estudiemos, profundicemos estas obras, y nos extasiaremos ante tan expertos maestros en el arte de la elocuencia cristiana. 17. Ya con esto acabamos de inclicar el otro medio de perfeccionarnos en la elocuencia: la imitacion. Los pensa– mientos, las imágenes, el estilo, el plan del discurso, las palabras de otro, todo se convierte en sustancia propia. Es una verdadera·'dicha formarse en buenos modelos, pues se poueu en práctica los mejores preceptos de oratoria: siente el corazón, el alma se eleva, se inflama la imaginación, y brotan en el fondo de nuestro sér los sentimientos más de– licados. Allí se observa cómo los grandes oradores trataron las materias., el giro que les dieron, las figuras, las frases que emplearon, y el novel orador, por medio de una pru– dente imitación, enriquece sus talentos con el caudal de tantas bellezas oratorias que distinguidos oradores le lega– ron. Y así este caudal ha ido aumentando, y el arte per– feccionándose de dia en día, con esta imitación y continuo uso 6 ejercicio. Pues el ejercicio de esta noble facultad es el tercer medio para perfeccionarse. El continuo ejercicio de la predicación forma los grandes oradores, porque á medida que ejercitan lo que en teoría aprendieron, ven en
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