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IMPROVISACIÓN. 209 cunstancias y disposiciones del auditorio. Mas la improvisa– ción tiene sus medios que deben atenderse para adquirirla con provecho. 490. Sus medios. 1. 0 Ejercitarse primero en predicar de memoria por algún tiempo. Un experimentado misionero ·decía á los jóvenes, que en ios diez años primeros de la pre– dicación escribiesen todos los sermones, y después ya po– drían volar más fácilmente. Con esto se acostumbra el no– vel orador á precisar las ideas, á desarrollar los planes, á no extralimitarse de su asunto, á no vagar en generalida– des, y adquiere al mismo tiempo un grande caudal de cono– cimientos. 491. 2.• Antes de subir al púlpito debe pensar seria– mente en el asunto. La práctica de improvisar le manifes– tará que es más fácil un sermón moral que un panegírico. 492. 3.0 Y sobre todo cada uno debe medir sus facul– tades ; pues según la instrucción y cualidades de cada uno, y según la materia de los asuntos que se han de tratar, hay más 6 menos facilidad. Cuando son asuntos que se saben perfectamente, cuestiones ya muy trillarlas para aquel que ha sido muy aplicado al estudio ó al ministerio de la pre– dicación, es indudable que entonces es más fácil la impro– visación. Cada uno antes de aventurarse mida sus fuerzas. 493. 4.• Abrazar de un solo golpe de vista, como por intuición, todo el asunto con todas sus principales relacio– nes y consecuencias. 494. 5.• Es de San Agustín, quien exige del orador que vaya observando con atención al auditorio, y que, según las necesidades de éste y la impresión que el discurso vaya pro– duciendo, cambie el giro y abrevie ó retarde la conclusión, lo cual no pueden hacer los que predican de memoria. «Al dar este consejo, dice el Sr. Martínez y Sauz, de donde he– mos 'tomado esta regla, se ha retratado á sí mismo; porque es fácil observar en sus sermones la insistencia con que, va– riando de forma, repite las ideas, y cómo su discurso va animándose á medida que sn auditorio le comprende., 495. A pesar de cuanto hemos dicho, la improvisación no es tan fácil para todos; y como hay más 6 menos facili– dad para ejercer el ministerio de la predicación, así hay u

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