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FIGURAS DE l'URO ADORNO. 195 plicios : en el primero, las flores; en el segundo las espinas: en el uno, el risueño séquito de las delicias; en el otro, las turbas de demonios dispuestos á arrastrar consigo sus víc– timas... En vez de una mesa voluptuosa, el hambre; envez de Jos vinos delicados que sin cesar beben, la sed; en vez del reposo, los sufrimientos; en vez de la alegría, los la– mentos; en vez de las harmonías del canto, los sollozos; en vez de vestidos delicados, los gusanos; en vez de insensatas danzas, los demonios que les sirven de compañía; en vez de su muelle indolencia, roedores remordimientos..." Cuando las ideas contrapuestas son varias ó se expresan difusamen– te, forman lo que se llama contraste, como el que acabamos de citar de San Efrén. 455. Acerca de las figuras concluiremos diciendo: que son admirables los arroyos de luz y de colores que manan de cada página de la Sagrada Biblia. Véase como muestra aquel cántico divino de Moisés al paso del Mar Rojo, en don– de el caudillo de Israel, poseí1lo de un santo entusiasmo em– pieza: Oantemns JJomino. (f~xo1l. xv). Himno elocuente y lleno de poesía, que ha excitado la admir:wiún de hombres eminentes en las letras, que saben apreciar lo bello y su– blime. "El santo entusiasmo que agitaba el espíritu profé· tico de Moisés, dice el Sr. Martínez y Sanz, exigía un len– guaje completamente figurado, como el del cántico en que nos ocupamos; sin embargo, hay en él grande sobrieda1l de figuras, pues cada palabra encierra varias y sublimes ideas, revela muchos y vivos afectos: pensamientos y afectos que cualquiera otro hubiera necesitado para expresarlos mayor número de palabras y figuras ."