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FIGURAS PATÉTICAS Ó DE PASIÓN. 191 444. Si lo que desea es un mal para sí mismo ó para los otros, hay lo que se llama in1!Jirecacüín; y si se amenaza con males graves y castigos terribles hay la comninación. Tremendas imprecacioues y espantosas conminaciones usa– ron los inspirados de Dios, singularmente en los Salmos ; mas atiéndase en qué sentido lo hicieron. Amb;ts figuras son armas poderosas para hacer estremecer al peca1lor, y sacarlo de la muerte á la vida; mas no olvide el orador 11ue no debe abusar de ellas, para que no le endurezca más, y desesperado se sumerja de nuevo en sus vicios. Conmovido ya el pecador con las dichas figuras, válgase entonces de esta ú otra que sigue. 445. 8." Obsecración, que ruega, que se insinúa en el corazón, y hace oír los acentos de la caridad y compasión. "Obsecro: te ruego, dice Moisés al Señor; este pueblo ha pecado; perdónale, ó quítame la vida. ( Exod. XXXII)." ¡ Có– mo se derrama el corazón del Apóstol en ríos de dulzura y de sentimientos afectuosos en las más tiernas obsecraciones! "Yo, el mismo Pablo, os ruego por la ma1~sedumbre y mo– destia de Cristo. ( 11. Cm·. rx) ." Ou.w~cro itaquc vos ego vinctus in IJomino, 1tl digne mnbulctis ·wcrdio?u· q1ta •r;o– cati estis. (Ephes. IV). Y á Filemón le dice: Obscc?·o te p1·o meo filio, q1tem genui in vinmtlis . Abramos, pues, con los ruegos y las lágrimas el cerrado corazón de los pecado– res, antes que irritarlos con vanas declamaciones.

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