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188 LECCIÓN XXXID. lectio et omni p1·ato suavior, atqne pomario pmYul iso ,¡,. lectabilior! 435. "Esta figura es en elocuencia lo que lo maravilloso en la poesía," ha dicho un escritor; y por esto conviene al estilo elevado, y no debe prodigarse; sino que los jóvmw~. cortando alas á los excesos de la imaginación, deben prepa. rarla con movimientos suaves y usarla en los tonos mits convenientes, pues que á todos se presta: al vehemente como al más tierno, al más furioso como al suplicante; 436. 2." Exclamación. Siempre revela grandes emocio· nes en el alma. Se vale ordinariamente de interjecciones; ¡ah! ¡oh! ¡ay! Deben sostener esta figura ya la 1·epeticiou, ya la interjección. El venerable Luís de Granada en la ba– jada del Señor á los limbos se exclmna: "¡Oh compañía glo– riosa! ¡Oh nobilísimo tesoro! ¡Oh riquísima parte del triunfo de Cristo! " El Real Profeta lloraba el destierro de esta vi– da: Heu mik·i! quüt incolatus meus prolongatus est... 437. La exclamación obra en nosotros por simpatía; se nos comunican como por instinto las emociones de dolor ó alegría ajenos, y sólo esto ya nos hace comprender al mo– mento la influencia que podemos ejercer sobre el corazón de los otros con este afecto simpático, mientras no haya fic– ción, la cual es bien deplorable en el orador cristiano, y ha– ce mala impresión en el mHlitorio. «Lo mismo que si se usa con demasiada frecuencia, dice el Sr. Sánchez Arce, lo cual se nota en los predicadores jóvenes, que en la fogosi– dad de su edau, y con el fin de dar fuego y energía al dis– curso, prodigan esta figura, sin advertir que empleada á menudo y sin oportunidad resulta lo contrario de lo que se apetece." 438. 3." Interrogación. Es para dar más energía al discurso, 6 para estrechar y abatir más pronto al contrario. Es viva, enérgica; gira veloz, rápida; ni espera respuesta; arranca intrépida el consentimiento, la admiración, y se hace lugar llamando la atención á las grandes pruebas que establece. }faury ha dicho que de todas las figuras oratorias es la más dominante y más rápida. Mas antes de emplear– se, ya se han de haber esclarecido los principios en que ella está basada, ele lo contrario parece oscuridad y confusión.

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