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FIGU.RAS LÓGICAS Ó DE ENSEÑANZA. 18:) •·orolario de cuanto se ha dicho, formulada en algunas ex– •·.Iamaciones ó reflexiones profundas. El venerable Luís de 1:ranada en su Símbolo de la fe, des¡mb 1le manifestar la ~randeza de Dios, y que era necesario criar mndms criatu– ras para que cada una nos manifestase algo de las perfec– eiones infinitas de Dios, dice: De esta manera las eriat.ums hermosas predican vuestra hermosura ; las fuertes, vne~tra fortaleza; las grandes, vuestra grandeza; las artifkio~a~, vuestra sabiduría; las resplandecientes, vuestra claril!ad; las dulces, vuestra suavidad; y las bien ordenadas y prn– veídas, vuestra maravillosa providencia., Y luego aií:uh< esos sentenciosos y hermosos Epifonemas : "¡Oh testificado con tantos y tan fáciles testigos! ¡Oh abonado con tanto~ abonadores ! ¡Oh aprobado por la universidad, no de Parb ni de Atenas, sino de todas las criaturas! ¿Quién, Señor, no se fiará de Vos con tantos abonos? ¿Quién nocreerá á tantos testigos?¿ Quién no se deleitará de la música tan acordada de tantas y tan dulces voces, que por tantas diferencias de tonos nos pr edican la gramleza de vueHtra gloria? 431. Consideremos uno por uno e~tos epifonemas, y ve– remos como cada uno de ellos encierra una profundichul de ideas, abraza todo el discurso, concisión de palabras , dife– rentes fórmulas de expresión en que se encierra el Epifone– ma, ya es la exclamación, ya la interrogación; en una pala– bra, todo es interés, novedad, variedad de imágenes, brillo de colores, rasgos sublimes, fuerza de persuasión que en– cantan, arrebatan y quitan el fa stidio que produciría una larga y monótona repetición. Estas cualidades ha de tener el Epifonema. 432. 9." Dubitación. Cuando el orador se manifiesta perplejo sobre lo que llebe hacer ó decir. La duda puede versar sobre la materia que podrá elegirse, sobre las cir-– cunstancias en que se encuentre el orador, ó también el auditorio. En críticas circunstancias es de un efecto admira– ble, y sirve de preámbulo ó exordio á ciertos asuntos !leli– cados que de buenas á primeras no nos atreveríamos á tra– tar ó anunciar por no irritar al auditorio, y que con esta estratagema ó JJubitaciun han sido bien recibidos. Yo he conocido misioneros que por mellio de esta figum propusieron