BCCCAP00000000000000000000265

162 LECCIÓN XXIX. III.-SUBLIJ\IE. 364. Este estilo es admirable en su apogeo: lleno ,¡,. magnificencia, fuego y energía; vehemente, rápido y atr" vido; lleno de grandiosas figuras, nobles ideas y sentimit~u tos los más expresivos, arranca lágrimas, excita la adm i ración, trastorna el corazón, vence, triunfa. Es la verdadera. elocuencia. No puede prolongarse, es demasiada fuerte su impresión, Jos oyentes por largo tiempo no la soportaríau, ni el orador tampoco. Este género de estilo, enseña Sau Agustín, se distingue del templado no tanto por no tener tanto adorno de palabras cuanto por la violencia de los afee– tos del ánimo. Pues es susceptible casi de los mismos ador– nos; mas si no los tuviere, no Jos busca tampoco. Es llevailo de su propio ímpetu, se apodera, si se le ofrece, de la be- . ll~za de la elocución, en fuerza de la misma ocasión, no del cuidado de buscar los atavíos. Le basta, pues, á ella por lo que se trata, que las palabras adecuadas se elijan no por in dustria de los labios, sino que sean producidas y sigan el vehemente ardor de nuestro pecho: Satis enim cst ci p;·o– ptcr quod agittw, ut vm·lia cong¡·ucntia, non oPis eligan– tu;· ind1tst1·iu, sed pect01·is scquantnr a'i'Clo;·mn. Así se expresa el Santo. 365. El mérito de este estilo consiste en excitar en uu grado elevado las pasiones, y en no debilitar el efecto que ellas han producido. No debe desvirtuarse la elevación á l•1 ~ublime del sentimiento obtenido por este género de estilo, á fin que nos conduzca al logro de lo que pretendemos, que es la completa conquista del corazón. Enérgicas figuras, rá– pidas interrogaciones, atrevidas apóstrofes sostienen este estilo en toda su vehemencht. uAquí el orador llamará tam– bién á los difuntos, como á Apio el ciego, dice el P . Grana– da. Por su boca exclamará también la patria, y hablará con alguno, como se ve en la oración que dijo Cicerón contn1, Crttilina en el Senado.., Este género de hablar quiere las palabras magníficas y sonoras, y en asuntos atroces, como antes dijimos, ásperas al mismo oído, y digámoslo así, es-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz