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146 LECCIÓN XXVI. habrá tiempo de ocuparse de ellos en la próxima plaza \':1 cante de la Academia. Demasiado bien educados somos Jio,; otros para ofrecerles otra cosa sino una rama de laurel, .\' ellos sin disputa la merecen., Aquí se ven una multitud ,¡,. pensamientos, que por su finura, delica1leza y graciosüla• l llaman la atención y agradan. 335. No hay más que seguir los escritos de hombres qw · han brillado en las letras y en el púlpito para encontrar grandes y notables pensamientos de todas clases y forma,;, de los cuales muchos de ellos han pasado á sentencias y axiomas clásicos. La SagradaEscritnra nos-proporciona, c11 sus admirables páginas, esa infinita variedad de caractere" en los pensamientos, desde el más sencillo y natural hasta el más sublime y majestuoso; allí se encuentran pensamiento,; grandes, fuertes, que, bañados de vivísima luz en las pro– fundidades de su doctrina, van formulados en poquísima,; palabras. 336. Los buenos y vigorosos pensamientos dan alma y vida á la elocución, son la base y el sostén de la palabra; mas para adquirir sólidos, fuertes, delicados, grandes y su– blimes pensamientos sólo lo consiguiremos por medio de la reflexión, del estudio y de la meuitaciún. No olvidemos el jnício ya formado hoy sobre muchos uiscursos y áun sagra– dos, en los cuales luty mucha palaln·ería y no hay pensa– mientos. Que esto se Jiga de un discurso profano, menos mal, pero que esto se observe y se critique en el orador sa– grado, en el ministro de Dios, que tiene á su disposición las Santas Escrituras, los Santos Padres, que tiene un es– tudio 1lel corazón humano , que ante sus ojos presentes es– tán las miserias de la humanidad, que por su elevauo ca– rácter está entre Dios y los hombres, esto sí que es sensi– ble en gran manera, pues además que retrae á muchísimos de oir la divina palabra, en nada honra el ministerio de aquel que, á vista de tan caros intereses y de objetos tan grandiosos, no sabe encontrar dignos pensamientos para el fonuo de su instrucción. Hoy torlo marcha con la velocidad del vapor, se ha dicho ; los estudios serios tienen muy pocos amigos; hay mucha superficialidad en los estudios, esta es una queja bastante general ; y en medio ele esta agitación,

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