BCCCAP00000000000000000000265

PENSAMIENTOS. 143 • 1 Joostimonio de la experiencia universal, es lo .fneYte y lo ¡,.,.,,o, especies de patético que son evidentemente los dos :'." '"'les móviles del corazón humano. Lo fLierte nos des– J•I• ·rla, nos arrastra, nos obliga; lo tierno nos atrae, nos "''"'promete, hace que nos ueterminemos por nosotros mis– '""s. Lo fuerte noR subyuga, por decirlo así, por medio .¡,. las armas; lo tierno nos solicita, nos liga por metlio tle 1:1 inteligencia y como por capitulación. Lo fuerte entr:1. en 111wstra alma á guisa tle coru¡uistador y como por la brecha; 1 .. tierno se presenta delante de la plaza á manera de un ~"~ '.Y piadoso, que no tiene más que dejarse ver para hacer •JILe le abran las puertas. No decidiremos cuál de esos t1os ~·l:neros de movimientos patéticos derrama más belleza en un discurso; diremos tan sólo que acudiríamos inútilmente al arte para imprimir en ellos ese maravilloso que nos arre– bata en ciertos escritores, sobre todo en los antiguos griegos y romanos. El grande, el único m·tt: es saber colocarse en las situaciones de ánimo y de corazón que los da á luz, por decirlo ;Lsí, sin dolor y sin esfuerzo. Ko simulo de esta suerte, los ILLOvimientos más llenos de figunts no serían ít nuestros ojos más que convulsiones de retóricos, 1111e nos helarían en vez de inflamarnos; gestos de comediantes, que nos harían reir, ó arrebatos de energúmenos, que nos horrorhmrían. En una palabra, deben nacer, como hemos indicado, de cierto transporte del alma, al que se da los nombres de fuego, en– tusiasmo, favor divino, sin el cual, dicen los maestros del arte, no hubo jamás ni verdadera elocuencia ni verdadera poesía., 329. De donde resulta, que el saber escoger aquellas palabras convenientes para agradar, y manifestar con pro– piedad las ideas concebidas en nuestra mente, y los senti– mientos que se han apoderado de nuestro corazón, forma verdaderamente aquella venlatlera y bella elocución que nos hace transmitir nuestros afectos é ideas á los demás. Los pensamientos son el fondo del discurso, y la elocución les da vida, alma, gracia y vigor, que constituyen su hermoso aparato y belleza, uno dll ~us grandes atractivos: b parte estética del discurso, aquella qne, quitándole toda sn aridez y crudeza, le reviste de aquellas formas adecuadas 1111e Ile-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz