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LIBRO III. ELOCUCIÓN. LECCIÓN XXVI. Pen6amiento6. 321. Ya hemos llegado á la tercera part!J ll!J la Omtoria Sagrada : la Elocución. Es parte muy principal, porque viene á adornar y embellecer aquel eclificio, cuyos materia– les ya se han encontrado por medio de la In'DCJWÍón, y se han onlenado y clasificado por medio de la Disposición. Sin la debida elocución, si ésta no tuviera las cualidades opor– tunas, quedaría en parte defraudado todo el trabajo que se ha podido tener en el acopio y disposición de materias. Quintiliano enseña eri sus Institucionr:s que la Elocución es la parte más dificil de la obra. "Piensan los discretos, dice, que es bastante decir lo que convenga; pero decirlo con pri– mor es propio de un varón elocuentísimo." 322. En la Oratoria Sagrada la Elocución tiene por ob– jeto presentar las verdacles de nuestra Religión, embelleci– das por la imaginación, y llenas de vida y energía por el sentimiento, para que se graben más profundamente en el alma, y anebaten con ímpetu s1ta'DC la voluntad al ejerci– cio de las virtudes cristianas. Es la E'strfticrt del discnrsu, podremos decir con el Sr. Rubió y Ors, "ósea la parte en

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