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l2U LF.CCIÓN XXI. fin del panegírico es nuestm utilidad, y en fuerza de e~to el predicador debe demostrar qué medios emplearon ello~ para ser santos, y cuáles hemos de emplear nosotros; dis– tinguir lo que sólo es admirable de lo que es imitable en ellos, demostrando que ellos fueron un día lo que ahora so– mos nosotros, y que nosotros un rlía podremos llegar á set· lo que ahora son ellos; esto es, seremos santos, si procu– ramos imitar sus virtudes; pues la gracia de Dios no no~ falta para ello. Propuesto este fin, el panegírico saldrá ex– celente. 270. 2." MATERIA. Atendido el fin del panegírico, que– da ya perfectamente demostrado cual ha de ser la matm·üt. 'l'o1lo el fondo del panegírico han de ser las virtudes del Santo, las dificultades que tuvieron para practicarlas, cómo las vencieron, y su santa perseveranda en tal ejercicio. Ha– cer comprender al pueblo que la santidad no consiste preci– ~amente en los milagros, pues puede haber milagros sin vir– t tul, y virtud sin milagros, y que nna fe viva, nna piedatl constante, y una caridad ardiente y práctica, constituye la santidad y anima todas las obras exteriores y les da su mérito: Hornines 1'Ülcnt ea qum prwent, JJeus autcm in– lnetur crn·. 271. 3." MÉTODO. Resumiendo las opiniones de distintos autores, resulta que h:ty llos clases ile panegíricos; el uno tiene forma ltisüirica, y el otro mm·al. En ei ltistórico la moral no entra sino á intervalos; esto es, se divide el pane– gírico en las diversas épocas de la vida rlel Santo, y de cuan– do en cuando se ~aca alguna reflexión. E l segundo tiene el fondo moral, y se va justificando y probando por las mismas acciones del Santo; dividiéndole en dos ó más virtudes en que sobresalió el Ranto; ó bien fij{tndose en la más culminan– te de sn vida. Saber juntar las alabanzas rlel Santo junto . con los frntos que de ellas deben sacarse, esto es, saber ha– cer admirar é imitar las virtudes, esto se llama cnmplir verdaderamente con lo qne exige la naturaleza del pane– gírico. 272. 4." ADORNOS ORATORIOS. Atendida la naturaleza del panegírico, no hay duda qne éste admite un estilo elegante y florido , y áun el estilo elevado y pomposo, porque no es
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