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PANEGÍRICOS. 119 1, m1as filosóficos por espRcios imHginarios, proviene á veces porque no sabe qué cosa decir del Santo, ·no ha estudiado sns hermosas virtudes, el aro:nil. que despiden, para dedu– ··ir reglas prácticas de bien obrar, ni puntos <1<~ eompll.ración, lli vivos paralelos que tanto instl'llyen y mueven el corazón; •·B nna palabra: de la vid<l del Santo no ha sa1Ji1lo fin·mar el •tloroso ramillete de virtudes y ejemplos para presentarlo •lebidamente al auditorio, á fin que éste deliciosamente lo ;¡.spire, y prendado de su hcrmosnra y fragancia se estimn– le á imitarlo, clamando cada uno en el fondo de sn com~ón .:onmovido: Qnorl isti Clti" non !'!JO! Los Santos se han dis– t.inguido por sn heroísmo, y éste siempre arrebata, intlama .,¡ corazón del hombre, le hace prorrumpir en aclamaciones y alabanzas. ¿Por qué, pues, no hemos de ensalzar este he– roísmo, cantar sus glorias y excitar á los fieles á celebrar tales triunfos, á imitar tales virtudes eu el gnulo posible, ~iendo todo esto el fi n del panegírico"? ~,Por qué no nos pre– pararemos del moclo debillo pam hacer resonar en las bóve– clas sagradas del templo las ilnst.res virtnclm; y Pjemplos de los invictos héroes del Cristianismo, I(IW ya. n'inan con Dios en el templo de sn gloria? ~e entnsiasmarou los 8ant.11S I'a– llres ante el glorioso esplendor de los Santos, y en sns her– mosos y fogosos panegíricos campea la verdadera y brillan– te elocuencia. Es in(ttil citar al ill acianceno y al Crisóstomo, porque hay muchísimos otros Padres de la .Iglesia que se distinguen. Es una falta imperclonaiJle en el pre1lieador que, por f<tlta de preparaciún debida, clRfraude, con cosas ajenas al asunto, y tal ve~ con extravagancias, al auditorio prepa– rado ele stls míts bellas espemn~<ts, y al Santo de las ala– btmzas merecidas, para todo lo ctml lo propone la T glesia en dicho día. Pam su unen tlesempeito, pues, hay llUe atender á estas I¡,eglas: 269. Regla l." Fr" DllL rAxr·:GíRrco. Consiste esencial– mente en dos cosas. L<t priment en ensalut·r la glwia del Santo, recordando sns virtmles, ponderando sus méritos; presentar en magnífico cna!lro las admirables acciones y co– sas más notables ele sn vida, ~in olvillar todos aquellos por– menores que lo hacen más glorioso, y para nosotros más provechoso y útil; pues hl segunda cosa en que eonsiste el

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