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116 LECCIÓN XX. gloria? Por medio de trabajos y penas: Nonnc ltcec opor– tnit pati Ckristwn, ct -ita intrm·r~ inglm·imnl dijo El mis– mo á los discípulos de Emaús. ( Luc. xxiv). Luego, pues, haga ver el predicador qtte también nosotros hemos de pa– decer, si queremos entrar en la gloria. 256. 3. o Deben indicarse las gracias generales, y ade– más manifestar bien la gracia propia de cada misterio. Por ejemplo, el misterio de la Resurrección tiene por ,r;mcia es· pecial la resurrección espiritual, esto es, del estado del pecado al de la gracia, y de la tibieza al fervor: Si conSU.?'– ?'c:JJistis cwn Ch1'isto, quce su1·s·um sunt quce¡·itc, non qua: supu termm, dice el Apóstol. ( Colos. m). Excitando, pues, á los fieles á los actos de virtudes propias del misterio que se está explicando, resultará aquel fruto saludable que debe producir este género de predk<tción. Y notese bien, que esta gracict especial de cada misterio es un rico manantial de excelentes y fmctuosas reflexiones para el predicador. IV. DIVISIÓN DEL SERMÓN. 257. Hay dos métodos: l." 'l'ratar en la PRIMERA PARTE del sermón la u octrina del misterio; y en la SEGUNDA el fru– to que ilebe sacarse. Por ejemplo: "Excelencia y grandeza de este misterio:" l." Parte. "~Iodo de honrarlo y parLici– par de él; " 2." Parte. JJe olrlt manera: Lo que Dios ha hecho por nosotros en este misterio, 1." pttrte.-Lo que nosoLros debemos hacer por Dios, 2." parte. O también : Gloria que result::t á Dios de este misterio, l.• parte.- Ventajas .que resultan al hombre, 2." parte. 258. 1." Método. Reunir la doctrina y frutos en una misma enunciación; v. gr.: Ego sum via, ~'e·,·itas et vita. (J OAN.). J esús en este mundo es para nosotros. Camino que es necesario seg·uir, l." parte.-Verdad que es necesario escuchar, 2." parte.-Vida que es necesario gozar, 3.' parte.

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