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112 J,ECCIÓX XIX. para la moción de afectos; y por esto h s santas Misiones .v Ejereicios espirituales son de tanta eficacia, porque eou este genero de sermón brilla todo el fuego de la sagr:ul;t elocuencia, animado y vivificado por el espíritu de Dios. LECCIÓN XX. .Sermón de Mióterioó. 243. Por misterios se comprenden aquí no solamente los dogmas relativos á las perfecciones infinitas de Dios, sino también los que se refieren á las acciones de Nuestro Señor .Jesucristo, que se relacionan con nuestra salud eterna, como su Natividad, Circuncisión, Pasión, Resurrección y su As– censión; así como los prodigios que Dios htt obrado en su Santísima :Madre, las excelencias con que la ha adornado, y aquel cúmulo <le virtudes y acciones buenas que ejecutó la Virgen María para cumplir la volunt<ul del Altísimo, y com– placerle en un todo. 244. ¡Cantar las grandezas de Dios !. .. Esto es mag– nífico: Moisés, el cmulillo de un gran pueblo, canta el gran poder de Dios, extasiado en las arenas del }lar Rojo; María, su hermana, lo repite enajenada de gQzo, con las hijas de [srael : Cantcmus.. . Los héroes de Israel muchas veces han celelmulo su magnífico Nomb1·c, y sus heroínas otras tantas cantaron sus glorias. 'l'odo el Salterio ele Davül es tm canto continuado del gran Rey Profeta sobre el poder, la majestad, la justicia, el amor, la bondad y misericordia de ünestro Dios. Los Santos Padres, los Doctores de la Ig-lesia, ¡cómo brillan espléndidamente en este genero de predicación! .¡Có– mo arrebatan con su melodía los Naciancenos, Basilios, · Agustines y Anselmos, el melifluo Bernardo y los devotos doctores Ildefonso y Jluenaventura! ¡Qué asunto este tan grandioso! Los grandes oradores modernos se han elevado

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