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llO T.F.CCIÓN XIX. LECCIÓN XIX . .Serm6n moral. 237. El sel'món es un discurso sagrado, es una exposi– ción solemne de las verdades de nuestra Santa Religión, y que es imprescindible en las grandes solemnidades de la Iglesia. En los tiempos de Adviento, Cuaresma, Misiones y Ejercicios, la palabra de Dios anunciada con toda majestad y grandeza llena todos los ámbitos del templo, como losan– churosos senos del corazón del hombre. Cuando para la san– tificación de los fieles expone alguna verdad moral en que trata de reformar las costumbres, el se1·nuin es 1JW1Ytl, y de éste vamos á tratar; en cuya composición se ha de atender á tres cosas: l." Objeto; 2. o Aiate1·ia; 3. o Po1"nw. 238. l. Objeto. Considerando que el sermón moral es para r eformar las costumbres, fácilmente se comprende que el predicador ha U.e determinar t¡ué fruto pretende sacar, y á qué determinaciones prácticas ha de resolver á sus oyen– tes; de qué argumentos más á propósito podrá valerse para el caso, y qué clase de curación y remedios necesitan las enfermedades morales que aquejan al místico rebaño deJe– sucristo, pues á sus ministros les ha dicho: Vos cstis sal terrm; y ya se sabe que la sal tiene muchas propiedades para las ovejas: y mil circunstancias se ofrecen que deter– minan sin dificultad el frnto que debe sacarse; ocasiones que el que desea la salvación de las almas debe aprovechar con alegría, como lo hacía San Cipriauo, y lo manifestó en esta delicada precaución oratoria, cuando tuvo que reprender á los cristianos que iban á los públicos espectáculos: IJ!'t?·imcn– t!tm est meum vobiscum 1wn colloqui, itrt niltil :nihi tan– tmn lmtitiam ltilaritatemquc ?'estit-ud r¡ttam cmn adcst 1·ursus occasio. (Lib. de Spectac.).
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