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H OMILÍA . 109 -----·-- --------- Forma 1.' Se puede reducir todo el Evangelio ó E pístola '' 1111 solo asunto, y á una división regular, por ejemplo, so– ¡,..,\ la idea más predominante del E vangelio del día, (¡ la que a 11110 le convenga, con tal que se haga sin fonmr el sentido, ;, interprtJtando seg·ún la doctrina de los Santos Padres. . 234 . Forma 2." 'l'omar rlos ó t.res pasaje~ relativos á una virtud ó vicio. Se van exponiendo uno después de otro, annque entre sí no puellan formar una divisi{m exacta, lhín– •loles el desarrollo conveniente. No hay necesidad de explicar Lod¡ts las circunstancias, sino las que vienen al caso, y que se j uzgan necesarias para la perfecta exposición de lo que se intenta. 235. Forma 3 ." E s el método de San Crisóst.omo. P ue– de la homilía divitlirse en dos partes: en la 1." parte se ex– plica el Evangelio todo entero; y en la 2." parte se deducen las consecuencias morales y prácticas. 236. Forma 4." Se van explicando por orden todos los versos del Evangelio; y de eada uno de ellos á medida que se explican se sacan los afeetos y moralidad que tengan, haciendo oportunas aplicaciones. Y si bien en este métollo no hay siempre la unidad apetecida, ofrece por otro lado la ventaja, que cambiando de materia casi cada versículo, fá– cilmente en un mismo discurso se pueden atacar muchos vi– cios y enseüar muchas virtudes, y en est<t variedad encuen– tra cada uno el remellio de sus males, y lo que necesita para su provecho espiritual ; aunque entonces no deben pro– fundizarse los pensamientos, porque sería cosa interminable. E n el exordio, si el Evangelio es largo como el de Lázaro, puede extractarse, mas con delicadeza. E l predicador adop– te ue estas cuatro formas la que le parezca más conveniente atendidas las circunstancias.

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