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NARRACIÓN. 99 -··---- -----------·----- · · io~os; es regla de San Atanasio: ];';Ut(Jitare ct c?wiosius '"'II.IJate non exped·it, ne ü contr·ntiosis /l(mU:nilms mnbi– :111n r•.ústhnrm.tnr. 10." Y por último téngase presente esta excelente regla ,¡,. un escritor moderno: "Las pruebas no se cuentan, ~ino •¡tiC se pesan, y muchas razones débiles no equivalen á una ,..,uelnyente., LECCIÓN XVI. Ref!utaci6n. 197. Observando cuidadosamente todas estas reglas ob– IPndremos una fácil y vigoro~;a confirmación, en la cual en– ! r;mí.n toda clase de foruw.s silogístic·as llesanol!adas, que nos conquistarán el imperio de la venhul y el sentimiento o·.atólico sobre las almas. 198. La RP.fntación ó Conjtttacirin se hace muchas ve– ··es necesaria por razón del asunto del cual se trata. sobre 1 odo en estos tiempos en que la libertad del m¡tl está tan ··xtendida para poder pensar, hablar y obrar lo que se quie– n\; y se hace m:ís necesaria la Refutación, sobre todo si el "rador sabe que hay prevenciones en su auditorio. Mas p<Ll'it que pueda hacerla con provecho de las almas, hay que ;~t.ender á las reglas siguientes; en cuanto: l. • Al lugar de l:t refutación; 2.• A las cualidades del predicador en la re– rutaciúu; 3.• A la naturaleza de la refutación. I. T.lTGAR DE LA REFUTACIÓN. 199. l." Pnede hacerse la Refutación en cualquier lugar o¡ne se presente. :J ." Las objeciones nacen naturalmente en el mismo des– " rrollo de las pruebas, y allí mismo se van refutando.

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