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80 (.>_RL05 ~IARTÍNEZ VALVERDE en .:.> ~-~-.-- :-_;(i·) Y::':' se hacen e!l ~wmbre de la libertad, citando =- ~;,;.< : .:;~: ;,•~:<i::a:o de: arzo:·~. : "r''' de Cantorbery en el Cor– ; ·..: ~ .::-;:- !:)S.~ . e:: lr..g~aterra . E!: Fr[~ncia. rodaban cabezas y c-abezas al cesto de la guillotina, por una extraña coincidencia pronunciaba palabras análogas a las del Padre Cádiz, la misma Madame Rolland; la Ninfa Egeria de los girondinos, excla– mando al borde de la muerte: "¡Oh, libertad, cuántos críme– nes se cometen en tu nombre!" Muchos de los revolucionarios, en efecto, se iban acordando de ello con;forme les iba llegando su turno. Recuerda también en esta segunda instrucción, la justicia de algunas guerras, pues la misma palabra de Dios la procla– ma por medio de sus profetas a los pueblos de Tiro y de Sidón : "haced pedazos vuestros arados y romped vuestros azadones. y con el hierro de ellos formad espadas y lanzas para la bata– lla". En su segunda parte exhorta al soldado a la obediencia y a la recta intención. Por la primera guarda el orden y no desampara el campo en medio de los choques más sangrien– tos. Cita después ejemplos en que la obediencia trae la vic– toria y por el contrario la derrota es producto de la des– obediencia. Habla de la obligación a que liga el juramento de fidelidad, llamado por los antiguos "Sacramento militar". Considera lo que es la muerte y cuán indiferente es para el creyente : "ni buena ni mala". Sólo ha de ser temida por e 1 incrédulo o por el que no tiene tranquila la conciencia, y es honroso "morir po1· la Patria, por el Estado y por los que son injustamente vejados y perseguidos". Estudia lo que es en el soldado la acción de matar y e.xpone cuán justa es, luchando por Dios; dice: " el soldado de Cristo gana gloria para sí si muere y para Cristo si mata; él es el ministro de Dios para el castigo de los malos y no sin justa causa lleva ceñida la espada". ¿Cabe manera más clara y precisa de proclamar la necesidad de las guerras justas? Ataca la deserción, dividiéndola en dos grados: "Abandonar las filas, y aun la más ignominiosa de pasarse al enemigo:. la

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