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EL BEATO DIEGO DE CÁDIZ 7& del Padre Cádiz. León XIII lo resume en el proceso de beati– ficación presentando su incesante lucha. Dke: "Cautivó y despertó a cristiana vida a castillos, aldeas, ciudades, nume– rosas universidades y alguna vez a la m'isma corte". Por doquier, él supo cómo eran las gentes. En ese lento trasladarse de un extremo a otro de España que supone el caminar, con·· vivió con todos: con los habitantes de las ciudades y con los de los campos. Hasta en sus descansos sobre el desnudo suelo pareció quererse identificar con la tierra. Conquistó a España en moderna cruzada, fiel continuación de la de Fernando e Isabel. La reconquistó con trabajo. penitencia y sufrimiento, arengándola de una forma desconocida y sobrenatural. Con una oratoria apostólica basada en ciencia adquirida penosamente tras largas horas de estudio, profunda meditación de la gran– deza de Dios ante la fisonomía física y moral de la Patria y captación de una más compleja ciencia infusa. FRAY DIEGO Y LOS EJERCITOS Colofón de la actuación del Padre Cádiz, con relación a los diferentes Estados que componían el país, es la que tiene con respecto al Ejército, en el que empieza a dibujarse el perfil o estructura que actualmente presenta de nación en armas. El concepto este, de lo que realmente es el Ejército, es sin duda más moderno que el Beato Diego: Primero combatieron todos los hombres útiles, luego los que componáan tropas más o menos mercenarias, luego los reclutados en su mayor parte de voluntarios y así Vlenimos a parar a los países organizados para la guerra moderna con todos sus elementos. Pero la de! Rosellón hace dar uno de estos pasos de adelanto :, Se predica la lucha y la nJación entera siente el deber de atacar a la República francesa; si bien es ésta la que en definitiva lanza

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