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EL BEATO DIEGO DE CÁDIZ 65 El Padre Cádiz se dirigía bien al corazón de todos los ciuda– danos; muestra de su "conducción" nos ha quedado escrita en la admirable Pastoral para el Obispo de Mondoñedo, en su segun– da parte dirigida a los católicos en el estado secular. Los considera según dos conceptos distintos :. 1. 0 , como miembros de un cuerpo político y civil; 2. 0 , como hijos de la Iglesia y dice: "Para lo primero debéis estar siempre instrui– dos de los deberes de un ciudadano cristiano y virtuoso". A esa parte nos referimos ahora principalmente, trata de ello en su párrafo primero y asegura que no hay mejor ciudadano que el cristiano verdadero que conozca y cumpla sus obligaciones de tal : "Todos los conocimientos de la filosofía pagana, unidos a los descubrimientos que con culpable jactancia y notoria false– dad se atribuyen los nuevos filósofos de nuestro siglo, no son suficientes ni bastante proporcionados para formar una socie– dad o un ciudadano recomendable, como es la ley de Nuestro Señor Jesucristo, su vida, su doctrina, su Evangelio. Aquí se ven reunidos la justicia, la caridad, la mansedumbre, la paz, la concordia, la beneficencia y las demás virtudes que hacen al hombre amable y sociable para con todos. Aquí se ve corrobo– rado el derecho de gentes, realzada la humanidad a los grados y honores de verdadera virtud y declarada la ley natural en su mayor perfección. Y aquí se ve observado aquel buen orden que, con su infinita sabiduría, puso Dios al Universo para su conservación y su felicidad: de que los hombres recíprocamente se amasen, obedeciesen a sus mayores y sirviesen fielmente a su Criador". Defiende, pues, el Padre Cádiz, que más que la constitu– ción de un orden nuevo con base pagana como propugnaban lm; l:e.'l<lhld<ln.a:ri..<l':l, e.':\ ~"te.d':l<l 'l<ll'l'<!.l: al 'l~xdad'<!.1:<\ exi.,t\.au.i'i!.– mo, fuente de todas esas bellezas que trataban de alcanzar por equivocados caminos. Présenta la filosofía cristiana como la hacedora de la felicidad de los hombres, como conservadora de las naciones y ser la que trae la prosperidad y la abundancia, y los "más apreciados intereses". Por olvidar todo eso las cla-