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EL BEATO DIEGO DE CÁDIZ 55 prueba de los buenos. ¿Por qué?. El mismo Beato da la razón, el "para qué" sirven los perversos y su obra: "¿De qué sirven los vanos filósofos, los necios libertinos y los perversos pecado– res en el mundo? ¿Qué utilidad traen a la Santa Iglesia, qué interés al Estado o qué leyes y emolumentos a sí propios? La razón es : la Prueba; la lucha con todo su poder de cohesión. En aquel instante del final de la Misión en Madrid, pareció defi– nitivamente batido el Bien pero ¡qué lejos de ello! El Padre Cádiz había fortalecido a la clase directora de España, había robustecido su fe, le había recordado su responsabilidad. La semilla estaba ·echada y ya vendría. el fruto. La batalla decisiva aún quedaba por dar. FRAY DIEGO Y EL CLERO Para comprender cómo el Beato Diego consideraba a los sacerdotes y la importancia que les daba en la vida del pals, basta considerar su manera de predicarles, el fondo de las pre– dicaciones y toda la actividad que desarrolló cerca de ellos : El pletórico de Saber, imbuido de la palabra de Dios les dirigía la palabra en humilde actitud; de rodillas, cuanto más ~ pie. al estar enfermo, flaquearle las fuerzas y no poder aguantar la otra postura el largo tiempo de sus sermones. Nunca habló desde el púlpito a los demás, frecuentemente desco'nocidos y modestos curas de aldea y casi siempre inferiores a él en ilus– tración. Sle figuraba a todos, celebrando el Gran Sacrificio, con la Hostia Santa en la mano. No permitía que le besasen la mano y cuando alguno quería hacerlo el se adelantaba. Nos da idea de có;mo entendía la misión del clero en varios de aus sermones, pero en donde la expresa de manera clarísima es en la ya citada Pastoral que escribió para el Obispo de Mon– doñedo Don Andrés de AguiJar Caamaño, tío suyo.

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