BCCCAP00000000000000000000264

28 CARLOS MARTÍNEZ VALVERDE con la euforia, querer lanzarse al torbellino de las pasiones y a vivirla con toda su carne. Los restos de las clases elevadas celebraron cierto baile, al que no podían concurrir siro los pa– rientes de los guillotinados y todos llevaban como símbolo, una estrecha y roja cinta en el cuello. Siempre después de las gue– rras y de las revoluciones se han roto los diques de la moral y no podía ser de otro modo cuando lo que predominaba eran las "ansias de naturaleza y de razón", ellas se manifestaron pron– to en los trajes femeninos: el ideal era lo griego y lo romano. Teresa Cabarrús, la hija del Conde Cabarrús plenipoten– ciario más bien de Godoy que de España, reinaba en el París elegante y lanzó dicha "Moda desnuda" que no necesita explica– ción después de su elocuente título: De esta moda y de su furor ter.emos múltiples muestras en .e] arte contemporáneo, en pinturas de Prudhon, Gerard, Mme. Vigée Lebrun o el gran pintor de la Revolución: David. Era e~egante que el traje de una dama pesase poco y los hubo de menos de ocho onzas. No contentas con llevarlos llegaron a más las francesitas: a introducir el pesarlos, como pasatiempo, de Sociedad. La figura de esa reina de la moda era muy apropósito para ello: Era una hermosísima mujer de borrascosa· historia; ·casada primero con Monsieur de Tentenay, divorciada después y vuelta a casar con Tallier, del que también luego se divorci ó~ para r efugiarse en los aristocráticos brazos del prírcipe belga de Chimay. Tomó parte activa en la política y puede decirse que fué la que terminó con Robespierre. En las reuniones de Barras "tronait Mme. Tallien" su amiga. En los mismos salo– nes antes ocupados por los príncipes se celebraban cenas y bailes y en ellos o en sus alrededores había sus rincones reca– tados para apartes "discretos". Estas reuniones eran el modelo para las de la nueva burguesía. En los grabados del "Bon Genne", puede apreciarse la manera de vestir de la femenina hueste de la reina Tallien. Sus formas no aparecen en verdad desfiguradas por anticuado corsé ni llevan guarda infante alguno. Las lucen con la impu-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz