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EL BEATO DIEGO DE CÁDIZ 17 hoy también duquesa de Osuma e hija: Recuerdo, el título pri– mero, de una vieja amistad del Padre Cádiz. La imagen del Beato está en el altar que ocupa el extremo del brazo derecho de la cruz que forma el templo. En el otro de enfrente, una Virgen también nos habla de él: La Divina Pas– tora, imagen de la cual campeaba en el estandarte que llevaba en su fructíferas misiones. Devoción a la Virgen fundada .en la palabra de San Antonio "María es la buena Pastora que apacienta la Iglesia", y que a los Reyes Don Felipe V y Doña Isabel de Farnesio inspiró, por mandato divino, Fray Isidoro de Sevilla. Por la defensa de esta devoción recibió el Beato Diego dura respuesta dei Duque de Alcudia, repetición del informe del Inquisidor General, al dirigirse al Rey pidiéndole ayuda cerca del Romano Pontífice para que éste aprobase la mencionada devoción. Frente al altar de la Divina Pastora, en un pequeño y oscuro cuarto, todos en la misma caja, reposan los restos de los padres sacrificados en los albores de la última guerra civil junte· al Triunfo de la Fé: Son los últimos soldados de la gu.ar· – nición de este castillo del Bien que cayeron por Dios y por la Patria. Suena el esquilón llamando al refectorio. Abandono este balcón al Mundo, refugio de Paz y la fortaleza capuchina de esta antigua ciudad que conoció el brillo de la espada del Rey Santo, blandida por el brazo fuerte, del Infante Don Fernan– do, "El de Antequera". Que conoció los aprestos de l'a guerra de Granada, remate de la Cruzada en que se fraguó la unidad nacional. Que vió los brillantes escuadrones deshechos en la Axarquia. Que supo de los poderosos "trenes de batir" del Rey Católico; de la piedad de la Reina y de su incansable labor organizadora. También oyeron estos ámbitos la voz convin– cente de Fray Diego. Allí en lo alto cerca del moruno castillo, queda la arruinada colegiata testigo de su nueva Misión fructí– fera pese'a las cortapisas que el Obispo de Málaga le puso: Que no.le permitieron predicar con el Santísimo expuesto, ni hacer