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114 CARLOS MARTÍNEZ VALVERDE nazada; parece que es su invocación para la gran lucha que había de seguir contra el error y la concupiscencia hasta el momento de su muerte. Ese Santo Sacrificio celebrado por el Padre Cádiz ante las reliquias del hijo del Trueno, es su ¡San– tiago!, es su ¡Cierra España!, o su !España Cierra! espiri– tual, semejante al de sus guerreros de antaño. Cuando visitó Santiago era Deán de la Catedral su tío don Andrés Aguiar y Caamaño, más tarde el Obispo de Mondoñedo, que le encargó la famosa Carta Pastoral ya enunciada y expli– cada en que se dirigió al país de manera tan completa. Pronto notificó al Cabildo catedralicio la estancia en la población del famoso misionero que, previa licencia, predicaba una Misión en la Iglesia de San Francisco, después en la de la Tercera Or– den y por último en esta misma catedral que corona el bronce que ahora llama el alma cristiana. Fué invitado a sentarse en el Coro, en "silla alta", la inmediata a la del canónigo más an– tiguo, señalada distinción que aparece inserta en el Acta Ca– pitular de fecha 20 de diciembre de 1794, en los siguientes tér– minos: "Nos ei Deán y el Cabildo de la Sta. A. M. Iglesia de Señor Santiago: Teniendo obligación de amar como amamos en Christo Señor nuestro, a ·todos los fieles nuestros verdade– ros herman:os y especialmente a aquéllos que más se esmeran en hacernos todo el bien que pueden... haciéndonos el Señor la más útil Misión por medio de su siervo el R. P. Fr. Diego de Cádiz, Religioso Capuchino que con tanta eficacia y celo apos– tólico siembra la palabra de Dios en este pueblo compostelano y otros de este Reino de Galicia, por cuyo medio esperamos pro– duzca los más copiosos frutos que exigen sus eficaces, fervo– ?·osas y doctas oraciones, dirigidas a sostener y defender nues– tra verdadera y Católica Religión, a promover el verdadero respeto y obediencia, no sólo al Príncipe de la Iglesia y Sacer– docio Santo sino a nuestros amados Monarcas y más Príncipes seculares" (noten bien esto los que le acusaron de indiscipli– nado contra el poder temporal) ; "imprimiendo en los corazo-