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EL BEATO DIEGO DE CÁDIZ 107 Veamos otro ejemplo, pero éste ya más relacionado el texto con lo que se espera por su título: El sermón panegírico-moral pronunciado con. motivo del nacimiento de los Infantes Carlos y Felipe, gemelos y de la Paz, es toda una confesión de su ata– camiento al poder temporal encarnado entonces en la Casa de Borbón. Repasa la larga teoría de los Reyes de España y canta sus glorias más salientes. Siempre sin olvidar, naturalmente, el verdadero origen de todo poder en la tierra. "Per me Reges regnant, per me Príncipes imperant et potentes decernunt jus– titiam", cita del Libro de los Prov•erbios. Repasa también las calamidades que llevan consigo las guerras y se ve con ello cuán consciente e$ del cumplimiento del deber cuando en las "Car– tas al Soldado" predica el soportarlas y sufrirlas por la santi– dad del motivo de la contienda. Se extiende también en consi– deraciones sobre la justicia de determinadas guerras. Lo que se ve en todas sus obras es lo que ya se apuntó en el capítulo "Sus Armas". Demuestra en aquéllas un profundo conocimiento de la Sagrada Escritura y de los libros de los Santos Padres, en general. Hay capítulos enteros en que lleva a los razonamientos deseados empleando exclusivamente frases evangélicas, de tal manera que más parece sea el Espíritu Santo el que está hablando. El mismo que iluminó en la re– mota antigüedad a los que las escribieron. No es extraño que se dijese que era el mismo Jesucristo el que hablaba por boca de Fray Diego y que a éste se le apareciese para decírselo en alguna ocasión en que faltase ligeramente a la modestia, que– dando satisfecho de sí mismo. En una Pastoral de un Obispo, como es la del de Mondo– ñedo, no se esperan los "deberes del cristiano" como miembro de un cuerpo político y civil que enuncia después de repasar los deberes de los sacerdotes, extendiéndose en consideraciones en que refuta los principios revolucionarios y todo muy opor– tuno. En otras obras, sin embargo, sí se indica en. su titulo el alcance social o patriótico, como ocurre, por ejemplo, en la Carta al ·soldado en guerra de Religión, verdadero tratado

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