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92 CARLOS MARTÍNEZ VALVERDE mese como más agrade, de este trabajo sobre Fray Diego Jose de Cádiz, que de ellas hable. Refranes empleaba Don Quijote y refranes usaba Sancho, esto es espíritu y materia en que su genial creador veía desintegrado al pueblo español. Profundo estudio de nuestro refranero ha hecho en nuestros días el gran Rodríguez Marín, que ya fué a reunirse con Cervantes en la Eternidad ; refuerza todo ello la autoridad del refrán y este del principio expresa cuán importante es para el estudio de un hombre, el de sus obras. Pasemos una ligera revista de los trabajos que nos ha le– gado el Padre Cádiz .y por ellos podemos juzgar, aunque sea im– perfectamente, su gran obra, si bien por los títulos no puede saberse muchas veces lo que en ellas se dice, ya que cuando en sus sermones, por ejemplo, llega a una parte frecuentemente encabezada con la palabra "moralidad", son variadisimos los conceptos tratados. Tal ocurre en el sermón fúnebre del Padre Melgar: enunciando las virtudes del finado, pasa revista a las que cualquier católico debe tratar de conseguir y estudia los vicios y defectos contrarios a ellas, que eran los que hacían presa en la sociedad contemporánea. Un libro, un escrito, expresa las manifestaciones del alma de su autor. Sirve de comunicación con ta posteridad, ¿es "con– versación" unipersonal? ¿es sin respuesta o bien perciben !m que las escribieron lo que decimos o pensamos de sus obras? Si es así, recibirá el Padre Cádiz el humilde homenaje del que siga sus lineas. Sus escritos dicen¡ claramente lo que por la Humanidad en general trabajó, y especialmente por España. No reflejan sin embargo con exactitud lo que expresaba su alma en aquellos momentos en que animaba a su ascético cuerpo. Para ello em– pleaba la voz, el gesto y la presentación de toda aquella envol– tura carnal, imagen de la humildad, de la penitencia, de la energía. Recordemos la descripción del volteriano don José Joaquín de Mora, de una predicación del Padre Cádiz: "Vi en sus miradas resplandor divino, con que angustiaba al alma pe-