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--so- LA OBRA <le los Padres Capuchinos en La Goajira. Dedicamos la presente edición a informar :sobre la grandiosa obra que realizan las Mi– :Siones de Capuchinos en el importante territo– rio de La Goajira colombiana. Lejos de las corrientes civilizadas, allá en el fondo de las montañas incultas, habitadas por una raza extraña y trabajosa, están desde hace más de un cuarto de siglo los Reverendos Pa– dres Capuchinos, sin ruido, sin ostentaciones, -empeñados en lucha abierta por el nombre de Dios y <je la civilización cristiana. A la cabeza de esa Misión está la bizarra v nobilísima figura que encarna Monseñor Atá– nasio Vicente Soler y Royo, Obispo de Citari– .zo y Vicario Apostólico de aquel extenso terri– torio. Los siguientes datos que hemos obtenido -pondrán de manifiesto la importancia de la ohra que nos ocupa y la inaplazable necesidad de que sea ayudada y protegida eficazmente por nuestro Gobierno. Orfelinato de San Antonio. La Misión de los · Padres Capuchinos de La Goajira, deseosa de dar solu:ión cumpl,ida al gran problema de la civilización de los abo– rígenes de aquell,a i·egión, después de varios ensayos, ha puesto en práctica, a su costa y con grandes sacrificios, la institución de orfe– linatos, en los cuales, gratuitamente y sin nin– guna erogación de parte de los indios, pudie– ran ser instruídos y educados algunos niños :goajiros. El Orfel-inato ele San Antonio, situado a tres kilómetros de Ríohacha, en la ribera oriental del Calancala, cuya vista se acompaña, ha