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-74- · tando. Desde este punto, que se encuentra a la altura de 6,650 pies, con una temperatura de 14 grados, empieza 1¡:¡. trocha que servirá ·de · base para el trazado del camino a la ciudad de Ríohacha. El paso del San Lorenzo al cerro de Buenos Aires y el de éste a las primeras estribaciones de 1¡:¡. Sierra N evada son dos puntos principa– · les y obligados del trazado, razón por la cual el Reverendo Padre se dedicó ::on ahinco a estu– . diar 1~ configuración del terreno, lo que con– siguió por medio de varias exploraciones, :abriendo trochas en varias direcciones, hasta que por fin dio con la deseada gar¡ranta que une los dos cerros. Esta garganta, que es la que separa las cabeceras de los ríos Córdoba y Mendiguaca, los cuales corren en dirección opuesta, está f01·mada nor una ele las cuchil.las ·o contrafuertes del San Lorenzo, que se enlaza con otra igua 1 y ele dirección opuesta, na::icla del Buenos Aires. La trocha que empieza en el último tambo sigue en descenso esta cuchilla hasta bajar a J,a planicie que forma la gargan– ta, la cual se encuentra a 6,550 pies. Quedaba por busc:;ar la otra garganta que die– Ta paso del Buenos Aires a las primeras estriba– ciones de la N evada. Para obtener este resulta– do, el día 5 a las siete de la mañana el Reveren– do Padre y yo, con cuatro soldados y provisio– nes para cuatro días, tomámos la trocha que conduce a la referida garganta ya encontrada, y un vez all,í, empezámos a ascender por la cu– chilla opuesta, siguiendo la' trocha que unos días antes habían abierto los soldados, bajo la direc– ción de1 Padre; continuámos ascendiendo has– ta la una de la tarde, hora en que llegámos a la cima de ]¡:¡. cuchilla, y allí hicimos campamento · en una planicie de regular extensión, a Ja ·altu– ra de 6,gso pies, con temperatura de rs grados. Al siguiente día mañaneámos para continuar 1a exploración, tomámos la cuenca del río Cór– -doba, siguiendo por la banda izquierda de di-

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