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- 7l - Línea telegráfica· Este importantísimo elemento de progreso y civiLización deja mucho que desear entre Santa Marta y Ríohacha: en la mayor parte d el año está interrumpida la línea ; en una distancia ele 140 kil ómetros ninguno aprovecha la línea te– legráfi ca; los huracanes continuos, la s persis– tentes 1 1 luvias, la carencia absoluta de tránsito por la orilla del ma r, deben obligar al Gobier– no a cambia rla, situándola en toda l,a extensión ele la Nevada por donde pasará el camino y donde están situados los pueblos. Los pobres Telegrafi stas que actualmente viven en Cala– bazo y en la desembocadura de1 1 río Palomino no gozarán de mayores comodidades que las que tení an los que vivían el año de 1907, de los cuales escribía aL Excelentísimo señor P residente d e la República el Gobernador del Magdalena : "En Calabazo no hay recursos d e ninguna clase, ni más compañía para los Telegrafistas que la que se hacen mutuamen– te, y l.a de los mosquitos que los acosan de día, y la de los tig res que los asustan ele no– che. P rofunda pena sent ímos al verlos vivien– do y t rabajando en una ruin choza, en comu– nidad . . . . con los voraces puercos, y al saber que a menos de una milla, a precio ínfimo, se conseguían las maderas, las piedras y las pal– mas para construir una confortable habita– ción, una ofi cina que corresponda al buen nombre y a la decencia de Iros empleados del Gobierno." Por la corcl iJlera se conservaría mucho me– jor la línea tel,egráfica; los empleados públicos encargados ele conservar expedita la l.ínea, go– zarían de mayores ventajas y comodidades en clima sano, y los puebl.os· de la Nevada y los de las P rovincias podrían ut il iza r el telégrafo constantemente, en vez ele tener que manda r los telegramas por correo a Santa Marta, pa ra

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