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-24- logrado llevarlo a la práctica. De suerte que la minería no tiene actualmente grande impor– tancia en el Departamento del Magdalena, y casi ninguno en la Nevada; pero lo único que val.e y puede cambiar el porvenir de Ríohacha son las minas de carbón y de cobre situadas en los contnfuertes orientales de la S~ erra Ne– vada. Orografía. Ningún sólido del gl,obo tan elevado, en pro– porción a la superficie de su pedestal, como la Sierra Nevada. Forma un verdadero triángu– lo isósceles, cuyo vértice-la Punta de la Agu– ja-dista ciento cincuenta kilómetros ele la base del triáng ul¡(), que son, por el Este, la Cues– ta del Soldado y por el Sur, el Alto de las Mi– nas. En tan reducido espacio presenta un núme– ro considerable de montañas, que forman otros tantos ríos y quebradas. La dirección de la cordillera principal es de Este a Oeste, en cu– yos extremos está cortada bruscamente por dos elevadísimas montañas. Cuatro ramas im– portantes se desprenden del macizo, en direc– ción norte: el Chirua, que se forma en los pá– ramos Takina, sigue por detrás de San Anto– nio a unirse con el Nanú, donde se bifurca, yendo la rama derecha entre el Clara y el río de Dibulla, y la otra sigue la dirección del río Ancho. El CircaAlo, que viene de Macotama, se urie al cerro Caracas, a los dos Chibilongüis y al Kabikungüi. Más abájo de Santa Rosa se dirigen los dos extremos del Kabikungüi, uno al Norte y otro al Oeste, en busca del río Palo– mino. E l Chalui se desprende de los mismos Nevados y sigue paralelo a la cuenca hidro– gráfica del Don Diego, hasta que se confunde con otras montañas cerca del mar. El Mukua– malagueka, que se forma al extremo occiden– tal de la Nevada, después de seguir en dirección norte unos diez kilómetros, se divide en dos ramales, uno que toma la dirección nor-deste,

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