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- 23- magníficos r esul,tados, y aquí vemos impasi– bles correr al fondo del mar ese codiciado mi– neral ? Ingenieros de fama universal han visita– do nuestra Sierra, como Sievers, N icholas, S triffler, Lockett, Fl,ory, Simons y muchos otros, y ning uno de ellos se ha decidi.do a em– prend er a quí los trabajos que M. Brochon emprendió en las minas de Alta, Baja y Vetas de Santander. Todo el oro cor r ido denuncia do en los ríos de San Juan del Córdoba, Mama to– co, Sevilla, Cañas y Ríohacha se pod ría expl o– t ar en un año, pues el cam po de expl otación es sumamente reducido; pero no daría siquiera para los gastos. Esta es una razón en la cual se habrán fijado todos los denunciantes de minas pa ra no emprender ningún trabajo a ese res– pecto. No han descubier to otros minerales fuéra de la calcopirita y de la hulla. Según los infor– mes de Mr. Flory, cuenta el pr imero ciento cincuenta kilómetros de extensión, y poco más o menos el ban co car bonífero. Las minas de cobre se explotaron en un tiempo. y el I ngenie– ro D irector de esas minas, doctor Rafael Espi– nosa Escall ón, m e habl ó de ell as y de sus esca– sos rendimientos. No sé si ha cont inuado la ex pl otación d e dichas m inas. Las de hulla no se han expl otado todavía , y no sabemos cuándo les !.legará su t urno; la distancia que las sepa ra del1~nar exige un fer ro– carril que las expor.te económicamen te. E l año d e 1846 intentó el señor N icolás Danies cons– truír un ferroca rril que pasara por toda la re– g ión carbonífera y cuprífera; hasta ll egar a Va– ll edupar, pero los t rastornos pol.íticos del año r 848 lo impidieron. E l año de 1872 el Go– bierno le dio privileg io a este señor, sin que ll egara a efectuarlo ; el año de r88o se concedió nuevo privil egio a Víctor Dugand y a Antonio Amaya Daza, s in resultado ninguno. Ul t ima– mente el Gobierno concedió ese privileg io a los señores Goenagas, los cuales tampoco han

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