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\ -21- to formara un museo petrográfico y mineraló– gico de todo el Departamento, que podría ser– vir de consulta a cuantos se dedican a esta cla– se de estudios. Dada la separación de .la Nevada de la Cor– dillera de l,os Andes, y su diferente composi– ción mineralógica, la carencia de vol'canes y su reducida extensión, preguntamos: ¿ocurrió su levantamiento en una época más remota, o coincidió con la aparición de los Andes en la formación del N uevo Continente? La antigüe– dad de las rocas se conoce por el or.den de su– perposición que guardan entre sí, Llevando la supremacía las rocas cristalinas, que, como el granito, son Las primeras en su formación, vi– niendo después las rocas metamórficas, erup– tivas y de estratificación; mas no corresponde la antigüedad de su formación con la aparición de sus masas sobre la superficie del globo. Mas– quera cree que el levantamiento de los Andes fue contemporáneo al ele la Sierra Nev.ada, y que ambos corresponden a los sacudimientos violentos del período terciario. Han juzgado algunos geólogos que el gran movimiento de la tierra, al. formar las series de las cordilleras que corren sobre las costas oc– cidentales de las dos Américas, de una parte, y que se prolongan de la otra hasta el Imperio de los birmanes, siguiendo la dirección de un se– micírculo de la tierra, ofrece los caracteres más marcados y prueba el resultado de las más re– cientes catástrofes sufridas por nuestro plane– ta. Debería satisfacerse mi pen amiento con esta teoría, tanto más cuanto que hombres sa– bios y profundos la han establecido; pero al considerar ],a formación geológica de la Nueva Granada, encuentro yo que esa gran cadena de cordilleras que va desde la Pata!!onia hasta California no pasa la Nueva Granada, indi– cando que allí está el centro de donde parten los ramales y montañas subandinas. Consi– derando los grupos de montañas que se levan-
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