BCCCAP00000000000000000000261

-19- café que tenemos en l~s faldas de La HOJzqueta y del San Lorenzo. ' Apenas repuestos de nuestro cansapcio, em– prendímos el camino que va al puebl'b de Río– frío, a las cuatro y media de la mañana. Bajá– mos muy bien 1 1 os últimos contrafuertes de la Sierra, favorecidos por la sombra; pero al lle– gar al fondo del valle, donde 1~ vegetación es más clara, el sol caía sobre nuestras espaldas como maza de ·fragua. Seguímos largo trecho por una quebrada seca, donde no pudimos en– contrar ni una gota de ag\la· Agotados por el calor, nó creíamos poder resistir más; sin em– bargo, haciendo un supremo esfuerzo, seguí– mas quebrada abajo hasta encontrar el camino de hierro que nos llevó a Ríofrío, siendo reci– bidos por el señor Pepin y sus dignos compa– ñeros con el cariño y afabilidad que les son característicos. Reciban el más caluroso aplau– so y profundo agradecimiento de nuestra par– te, por las atenciones y cÍ.tidados de que fui– mos objeto. No era nuestro intento llegar hasta este l,u– gar, pero la falta de víveres y de personal que abriera una trocha por las crestas del Mu– tanchi y Guachaca, que nos llevara a las cabe– ceras del Córdoba, ya exploradas por mí en otra ocasión, y de allí por Cincinnati a esta ciudad, nos obligó a seguir el camino de los ar– huacos, por considerarLo más corto y con más facilidad para encontrar recursos. ¿Cuáles son los resultados de esta explora– ción? Hélos aquí: Geología de la Sierra Nevada. Aunque la geología -de la Nevada merece un estudio especial, que todavía no se ha hecho, ni nuestras ex ploraciones son tan completas que nos permitan tratar esta materia con pleno co– nocimiento de todos los materiales que la com-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz