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-87- Barros, ex-Gobernador del Departamento del Magdalena; los Administradores de la Adua– na de Ríohacha, don Manuel Lanao y don J. J. Mazenet; los Prefectos, don Miguel Pimien-· ta N. y don Francisco C. Fuentes; los Jefes de– la Comandancia Militar, Generales Urdaneta, Moreno, Parra y José Vicente Salazar; los Comandantes del Resguardo, señores Bernier y Maldonado; los empleados dei Gobierno, Coronel Eugenio Herrera, José María Valde– blánquez y Rafael Romero B., y finalmente, el señor Comisario Especial de La Goajira, Ge– neral D. ·Pichón; su Secretario, José Ramón Lanao Loaisa, con los empleados Carlos Sa– lazar, Luis López Enríquez, Bernardino Agui– Jar, \-icente Siosí, Manuel López y Federico González, todos los cuales han admirado cómo sin recursos especiales han podido hacerse, hasta el presente, casa de habitación para las Hermanas y niñas; capilla, habitación y es– cuela para los niños; habitación para el Padre y Hermano :\1 isioneros, y cómo sin faltarl'es nada, pueden sostenerse de treinta a cuarenta niños, el personal docente y el de servicio. Estado actual del Orfelinato. El Orfelinato está cada día más floreciente y animado; y como el muy Reverendo Padre Antonio de Valencia, que lo dirige y gobier– na, tiene orden del señor Vicario Apostólico ~de recibir a cuantos niños, conducidos por sus padres, se acerquen a sus puertas en demanda de pan e in strucción. cada día es mayor el nú– mero de asilados. Al número de niños que se ven en el fotograbado hay que añadir cinco más que estaban de paseo cuando se tomó la vista, y cuatro que han ·entrado posterior– mente. La ampliación del local se hace indispensa– ble, y en vista de esta perentoria necesidad, el mencionado Padre Provicario Apostólico le