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• -6- Más conocido es entre vosotros el Ilustrísi– mo señor Vicario Apostólico ·de La Goajira y Sierra Nevada: el nombre de Monseñor Soler ' y Royo se oye con gusto y se recuerda con fre– cuencia por toda la buena sociedad samaria. Sus cinco años de res1dencia en esta ciudad; sus tra– bajos en 1~ Catedral; su ardorosa y elocuente palabra, escuchada siempre con creciente entu– siasmo; sus labores en el periodismo, y demás cualidades sobresalientes, obl,igaron a la Santa Sede a nombrarle primer Prelado del Vicariato de La Goajira y Sierra Nevada. ; Campo vastísimo se presenta al nuevo Pre- . lado: la extensión de su territorio supera al de múchas Diócesis europeas; la calidad d_e sus habitantes exige el celo de un Javier, la pacien– cia de un Job, el dónde lenguas de los Apósto– les; la posición geográfica de su Misión, a las puertas del mundo civilizado, que fija su vista en la acción civilizadora, educativa y progre– sista de los Misioneros, junto a una Nación que acaricia parte de su Vicariato, que halaga a sus súbditos con toda suerte de ofertas, y cuyo te– rritorio es en parte completamente desconoci– do, y hasta el mismo Gobierno encuentra exa– gerado cuanto se invierte en la civilización de aquél, exigen del Jefe de la Misión condicio– nes espe::iales, comparables a las de un Albe– roni o a las de un Cisneros. La Goajira, señores, es una región digna de estudio y de que .termine para siempre el infa– mante dictado con que se la califica, de presi– dio suelto. Según la doctrina y moral' indíge– na~, el que mata y paga es el único digno de vivir en esa tierra, porque si mata es valiente. y si paga e-; rico. Esto no se puede oír sin e·;c;ú1- dalo por lo' que somos civilizados y cri:;Lianos, y sin embargo, desde su descubrimiento hasta la hora presente, ese aforismo ha privado sobre todas las legislaciones, sobre todos los fueros, y, no creo se quite jamás mientras el Gobierno

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