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-74- los blancos que habitan el Caquetá, nos hizo arrostrar todas las contradicciones, y, con el auxilio del cielo, llenámos nuestro deseo. Como fueron tántas las peripecias de este viaje, y todas dignas de contarse, para que no sean ignoradas de los de– más Misioneros, quiero tratarlas de un modo general en este capítulo, y con más distinción en los siguientes. La vía, pues, ordinaria que suele tomarse para salvar la distancia que hay del Caraparaná al Caquetá, es la trocha que c,omienza en La Florida y termina en Puerto Pizarra. Dicha travesía calculo que podrá tener en línea recta unas 35 leguas; pero, hoy por hoy, los buenos andadores em– plean cuatro días, caminando cada día, por lo menos, unas once horas. Nosotros, andando, á veces como desesperados, gastámos cinco días, sin contar las demoras para visitar las tribus indígenas. Antes de comenzar esta difícil travesía conviene, ante todo, estar bien advertido y seguro de dos cosas principal– mente: la una es que en el Caraparaná se debe hacer aco– pio de víveres y medicamentos para un mes, que es lo que, ordinariamente, se gasta hasta llegar á Tresesquinas, en donde se puede conseguir algo de lo uno y de lo otro; y la segunda, que se debe estar bien cit'rto de que se encontrará embarcación una vez que se llegue á Puerto Pizarra. Y en esto último no debe ser uno cándido en creer á los comer– ciantes que bajan por el Caquetá, porque sucede con fre– cuencia que las canoas dejadas en dicho río, ó son arrastra– das por las avenidas del mismo, ó se inutilizan, todo por fa!• ta de una persona que cuide de ellas. Quien no toma estas precauciones, experimentará inde– cible trabajos y, hasta la misma muerte, que no es rara en estos lugares, sino muy frecuente, y la mayor de las veces por no preocuparse de lo dicho. En verdad, nadie puede formarse una idea cabal de lo que son estos lugares, sino quien los ha recorrido. El des– amparo hasta Tresesquinas no puede ser mayor; y aunque es cierto que en la montaña se encuentran algunas tribus de indios; esto muchas veces sólo sirve para acrecentar más los temores y exponerse á que le roben lo poco ó mucho que pudo coseguir para el viaje. Todo esto y otras cosas más ire– mos viendo en los siguientes capítulos.

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