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'""""'····.,;...,...._. ___ , ..... _ ....... -... ....... ""'.""'-""""-·~··· ... ·· ... --- .......... _ ..... ...,_ .............. ..,.. ..... '"'"••""'"'~· PARTE PRIMERA CAPITULO I Salida de Illocoa y furiosa tempestad en el pueblo de Guineo. Como los expedicionarios debían tomar la vía más rec– ta que hay de Mocoa al Putumayo, era muy natural que yendo nosotros con ellos se nos quedara sin visitar el pe– queño pLleblo de San Vicente, y esta fue la causa de salir nosotros unos días antes para no privar á los indios de di– cho pueblo de los auxilios ele la religión cristiana. Era, pues, el día 9 de Agosto de I905, y cles¡.més de ce– lebrar la santa misa, encomendarnos mucho á la Divina Pas– tora, patrona de nuestras Misiones, con un báculo en la mano, con un Cristo y el breviario, indispensables armas de todo misionero católico, salimos de Mocoa, no sin primero despedirnos ele sus buenos habitadores, quienes dieron una prueba más del amor que nos tenían, acompañándonos has– ta los afueras de la población, á pesar del mal temporal ele aquel día. · Pocas horas habíamos andado y ya el cielo nos visitó con un aguacero.diluvial, el que continuó hasta bien tarde, y por este motivo no nos fue posible llegar el mismo día á Guineo, cosa que es factible, pero en tiempo bueno.. Antes que llegara la noche nos desviámos del camino para ir en busca ele una choza, la que, según datos de un indio que nos acompañaba, estaba no muy lejos de nosotros. Pero aun en esto fuimos desafortunados; porque después de mucho an– dar para encontrar tal habitación, sólo dimos con los escom– bros, pues sus moradores ya la habían abandonado. ¿Qué hacer en tal conflicto? La noche ya nos impedía desandar para tomar nuevamente el camino dejado; los que traían la /

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