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- 45 -- Ah ora, lo qu e pasaba en esta casa, eso mismo, y aun peor, se repetía en las demás. F ue, p ues, nuestro principal interés admin istrarles el san to Ba utismo, porqu e ningun o lo tenía. Y en esta santa y consoladora tarea nos íbamos alter– nando co n el P. ~a nti ago, pues nos dispu tábamos para man– dar almas al ci elo, y creo no fueron pocas, porque de los niíios no mi,: pasaría n de 40 los q ue bautizámos ; y algun os de los viejos se mu rieron lu~go de ser regenerados co n este sacramento. Omi to aq uí otras historias para tener tiempo ele con tar– le el modo como estos infelices güitotos se medi cinan en casi todas sus enfermedad es. Aclviértole, asimismo, q ue mu– ch as cosas q ue n ;~rraré en Jos pri meros capítu los de esta se– guncLt p:~rte, so n comu nes á las d "más tribus de indios g üi– totos; y por lo tanto, no diré todo Jo qu e pasó y vimos en cada tri bu. P ocos so n los conocimientos q ue tienen de la virtud de los árbo les, be jucos y ot ras plantas del monte; de aquí el qu e no hagan uso de ellos para aliviar sus do lencias ; pero sí ti ene n mucha ie en los medi camentos q ue le5 ofrecen los comercia ntes, los que, regularmente, son ele botica. Empero, y au n c uando tuvieran muchas bo ticas á su cli;;pnsició n, nu nca aba ndonarían la h idroterapia, q ue para ellos es el re– medio cúralo todo. Esta se la apl ican en las fiebres, para los catarros, vi ruebs, dolor de mu ela, etc. No di ré q ue para alg u nas enfermeda des no ,-enga muy bien un baño; pero la man era como ésto; lo toman, en mu chos de los casos, les produce la mu~rte. Corno ge tJ et·:-t lm;;nte colocan las hamacas cerca de l fo– gó n, si es qu e no esti n encim,t para cale : . tars~ mejor; luégo salen el e ese calor, llue ,-a ó no l!ue\·,t , haga ,-i ento ó no, y así desnudos corrw están, corren á arro j:trse en los riachue– lo-, cuyas ag uas, po r esta r baju de sombra y no tocarles los rayos del S!JI, son bastan te fdas. D tcho baño lo rep ite.n cinco y más veces a l d ía ; y cua ndo la enfermedad los imposibilita levantarse, ento nces los hijos, mujer ú otros a llegados, c ui– dan de acarrea r el agua y echársela por todo el c uerpo. A más de la hidroterapia acost umbran o tro remedio, el que lo saben apl icar todos, porq ue 110 exige su pt·epat·ació n m ucho talento : este consiste en sacar ventosas, pero con los labios. Creen estos infelices q ue á fu erza de chu par al pacien– te pueden li brarl o de la enfermedad ; y de aquí el ap licar los la bios en ca;oi todas las partes del cuerpo, y Jo hacen co n tánta violencia que, en verdad, dejan señales idé nticas á

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