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le pertenecen y de todo dispone a su arbitrio. Nadie se atreve a contravenir sus órdenes, ni desobedecer sus mandatos; él dispone de los trabajos, prepara matrimonios, señala las parejas y, en ocasiones, alardea de su poder y de su influencia con los espíritus. VISITA OFICIAL Este mismo día, a media mañana, vino el Gobernador en visita oficial; le acompañaba casi todo el pueblo. Los hombres y los jóvenes vestían camisones de colores (llamados cushmas); alrededor de sus cuellos lucían gruesas sartas de collares (mullos), y con largas plumas de pájaros, adornadas con borlas, atravesaban los lóbulos de sus ore– jas y las ternillas de sus narices. El Curaca y el Gobernador se destacaban del resto de los visitan– tes por la vistosidad de sus atavíos. Ceñían sus frentes con coronas tejidas primorosamente con plumas de colores. De sus cuellos, deján– dolos caer sobre el pecho, pendían llamativos collares hechos con colmillos de tigres, de puercos y de otros animales silvestres. Sus vestidos de colores parecían más elegantes al ajustarse a sus cuerpos con cinturones policromados de gran valor. En sus caras, pies, brazos y pantorrilias mostraban afeites y figuras caprichosas pintadas a base de sustancias de colores extraídas de plantas tropicales. Las mujeres y los niños vestían sencillamente, si bien sus rostros aparecían materialmente surcados por pinturas llamativas de color rojo, azul y amarillo. LA MUJER ENTRE LOS CUSHMAS La mujer, entre tos Cushmas, es un ser algo inferior al hombre, aunque se la considera y respeta. Ellas, conscientes de su situación, y considerándose en el plano de inferioridad en que se las coloca, se presentan medrosas y tímidas en público, en las reuniones no toman ·parte en la conversación, sólo se limitan a responder a las preguntas que se les hacen. Viste honestamente; a su cargo están los rudos trabajos de la agricultura. Acompaña a los hombres al hacer sus sembríos de plátano, yuca o maíz; terminadas estas labores iniciales, la mujer velará por la limpieza del campo, por la continuidad de la producción y; a su debido tiempo, cosechará los frutos. 95

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