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cushma del color característico de todo vestido que ha sufrido la acción prolongada del tiempo y de los elementos. Los brazos, en la parte superior, los tiene cubiertos de follaje; uno no sabe si por adorno o por defenderse de los cínifes, proba– blemente es por ambas cosas; la chaquira (gargantillas de abalorios) que adorna su robusto cuello, forma por delante un promontorio que semeja un enorme papo caído; su cabello es copioso y negrísimo; su rostro pálidamente moreno y surcado por rojas franjas de achiote que le dan un aspecto simpático e infantil, al menos para mí, acostum– brado a verlos; un novato se lo imaginará feroz. ·- nú a qué viniendo?- Este fue todo su saludo. -Yo viniendo a conociendo a ti; yo queriendo amigo tuyo ser; gobernador Pacho mandando ; tú siendo bueno; tú recibiendo ; tú tratando bien. Hablan entre sí unas palabras y me conducen a un ranchito desmantelado y roto. Allí nos sentamos sobre el duro suelo y el jefe me invita a hablar: -Tú hablando lo qué queriendo. Entonces tomo la palabra y trato de hacerles entender que soy sacerdote misionero y que toda mi vida está consagrada a hacer el bien a los hombres y llevar sus almas al cielo. Creo que algo me entienden a juzgar por la atención que me prestan y por los gestos de aprobación o de admiración con que acogen mis palabras. Les hablo de los votos, singularmente de los votos de castidad y que los misio– neros no tenemos ni una sola mujer en toda nuestra vida. Al com– prender este concepto, que yo intencionadamente recalco por activa y por pasiva, para que me lo entiendan, se miran los unos a los otros haciendo gestos de admiración y aun se cruzaron por lo bajo algunas palabras. En media hora que hablo, no me han interrumpido más que una sola vez: cuando les explico las intenciones que tenemos de abrir un internado para educar a sus hijos. Se hace un revuelo, y el curaca en nombre de todos replica con vehemencia: -Eso no, eso nunca. Blanco siendo malos, malos : una vez pasan– do blancos y mujeres pariendo, pariendo, sin conociendo de qué taitas siendo. Nosotros blancos no queriendo. No aceptaron ninguna explicación. Como ya era entrada la noche, le invito al curaca a cenar con– migo; pero no me acepta. Les reparto unos cigarrillos y se van a sus casas. 76

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