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llover (porque aquí no hay invierno propiamente dicho) se convier– ten en verdaderos lagos, pantanos de agua y barro, cuyo paso hay que hacerlo con el agua a la cintura. Todo esto, para transformarlo en carretera supondría ante todo un largo lapso de tiempo y después la inversión de un número incalculable de millones por parte del Estado. Por tanto, habría que pensar más bien en buscar otro paso más corto y de men9res dificultades. Ahora bien : ese paso existe; si hemos de dar crédito a muchas personas conocedoras del terreno, que han sido consultadas sobre el particular. Estos pudieran ser, tal vez, el varadero de la Palma, unas horas más arriba de Montúfar, o el de las Lagunas a un día de dicho lugar, llamado la Hormiga, que llega a pasarse, sin carga en sólo dos horas. He aquí un problema grave y vital para la Misión. POR TIERRAS COLOMBIANAS Todo cuanto llevo dicho en bien de las guarniciones ecuatorianas que he topado en mi viaje, pudiera repetir de las de Riera y Putuma– yo; el mismo recibimiento afectuoso, las mismas atenciones por parte del soldado ecuatoriano, sea Jefe o simple número, idéntico ini comportamiento. Si ha habido alguna diferencia ésta ha sido por otro concepto; tanto el río San Miguel como el Putumayo, están bastante poblados y por tanto mi trabajo ministerial ha sido mayor. La guarnición de Riera me proporcionó motor para trasladarme al Putumayo, donde permanecí varios días atendiendo a los fines que reclamaban mi presencia y los consuelos de la Religión. Envidiosos los colombianos de la otra orilla de la suerte de los ecuatorianos, vinieron a llevarme consigo a las buenas o a las malas. Como no tenía más remedio que pasar a Colombia para hacer la gira que me había propuesto, no puse ninguna dificultad en acompañarles, así es que me trasladé con mis compañeros y mis cosas a Ospina. Ospina pertenece a la misión capuchina de los PP . Catalanes, pero solamente pueden atenderlo esporádicamente, con una o dos visitas rápidas al año. CON MIS HERMANOS DE PUERTO ASIS Desde Ospina surcando el gran río Putumayo, en una canoa a 63