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Siona-Secoya se debe en buena parte a su trabajo. Poco a poco, los misioneros capuchinos fueron cambiando su actitud frente a ellos, hasta llegar al trato respetuoso y de amistad mantenido, por ejemplo por Alejandro, en los últimos relatos. E) La Misión Capuchina. Fueron 4 los primeros capuchinos que se instalaron en Rocafuer– te, única residencia misional existente en 1954. En noviembre de ese año deciden realizar una gira de reconocimiento por el río Aguarico y sus afluentes, ríos de los que tenían muy pocos datos (43). A ese viaje se debe el primer relato que incluimos. La Misión encomendada tenía más de 28000 km2 de extensión y los ríos, más algunos varaderos, como únicas vías de comunicación. Además del castellano, se hablaban en ella : quichua , huao, cofán, siona-secoya-tetete; después se añadió el shuar. En 1955 los misione– ros se ponen como obligación el aprendizaje de la lengua quichua por ser la de la gran mayoría de los indígenas. Fueron años en los que las necesidades desbordaban la capacidad de los misioneros, pues conta– ban además con muy escasos medios económicos. Pensaron en una gran lancha con motor de centro, capaz para pasar la noche en ella, y atender así las lejanías del Aguarico. Pues aunque el Prefecto informaba en 1955 ~ "Es urgente la construcción de dos centros en el río Aguarico. Uno de ellos queremos comenzar a construirlo enseguida; le llamaríamos San Miguel de Aguarico. Es– tablecida esta residencia podemos reducir con relativa facilidad a los indios Tetetes" (44), nunca lograron su propósito. Faltó personal y medios para ello. En esos primeros años se mantuvo constante el interés por el río Aguarico. El Procurador de la Prefectura informa de.sde Quito : "Seis fueron las giras que un misionero hizo a lo largo del Cantón' Aguarico sufriendo fuertemente el paludismo y cayendo en un estado agónico. Otro misionero tuvo que salir de la región pues corría serio peligro de quedarse ciego" (45). Se refiere en el primero de los casos al P. Cami– lo Múgica, que en el inicio de 1957 realizó el primer censo detallado surcando desde Rocafuerte a Duwino y llegando tanto a las entradas de Shushufindi-Eno, como a Puerto Lauda en Cuyabeno . Por su par– te, el P. Angel de Ucar tuvo que dejar la Misión ante el peligro inmi– nente de una ceguera viral. 31

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