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COLABORADORES DE DIOS: El evangelizador es "colaborador de Dios" que ya está trabajando en la vida de los pueblos indios conduciéndolos hacia Cristo. No podemos desviarlos para que sigan por nuestro camino. El camino hacia Cristo tiene etapas que deben ser respetadas; si hay cosas erradas en la vida y mitos de los indios, no somos nosotros los que vamos a convencerles de su error. Son ellos mismos, descubriéndose como hijos de Dios, escogidos y amados por El desde los orígenes de su historia, los que van a descubrir dentro de su propia realidad a Cristo esperándolos sin imponer una ruptura con su cultura. Entonces el Evangelio será realmente la Buena Nueva que los hará quedar más identíficados en su ser indígena, siendo completados en Cristo. SAN CLEMENTE: El Dios único fue descubierto judaicamente por los judíos, étnicamente por los griegos, cristianamente por los cristianos y añadimos: "indígenamente" por los amazónicos: Huaoranimente por los Huaorani, secoyamente por los Secoyas, sionamente por los Sionas y quichuamente por los Quichuas. Por eso: los ancianos o personas que ejercen liderazgo transmitiendo mitos, historias, canciones, dirigiendo celebraciones en cada pueblo son considerados como "Profetas del Antiguo Testamento" que mantienen la fe en lo Invisible y son el enganche providencial con el Profetismo y ministerios y sacerdocio cristianos. VARIEDAD DE CULTURAS: La existencia en la Prefectura de pueblos culturalmente diferentes: Qui– chuas, Huaorani, Sionas, Secoyas, Cofanes, muestra que no es posible una línea uniforme de evangelización que sirva como práctica única válida para todas las tribus. El sentido del nombre, del agua, del parentesco, del matrimonio, del naci– miento y muerte no es igual para todos. Cada tribu posee su Antiguo Testamento que le señala el camino hacia Cristo y que debe respetarse como son respetadas las cosas creadas por Dios. Cada tribu tiene su universo, su religión. La variedad existente es el punto de partida de la evangelización. ANIMAOOS POR EL AMOR: La obra de evangelización supone un amor siempre creciente hacia los que se pretende evangelizar, dedicándose sin reservas y sin mirar atrás al anuncio de Cristo. Este anuncio exige primeramente "Testimonio de vida personal'': viviendo la fe y teniendo la convicción de que Dios ya está trabajando dentro de la vida de los pueblos indios, conduciéndolos a Cristo. -CONOCIENDO por dentro la vida de los indios como el mismo Jesús conocía d~>sde dentro la vida de su pueblo. Para eso no basta la observación externa; las manifestaciones externas no son su secreto íntimo. 317

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